Por César González Gómez
Hablar de Jo Ramírez es hablar de buena parte de la historia de la F1 y del deporte motor en general. Como figura importante en el área mecánica y luego en la coordinación de los equipos, su carácter afable y su calidez humana lo convirtieron en el amigo de todos, en la persona de confianza, en el confidente.
Por eso un libro con las memorias de Jo Fernández se convierte, en automático, en una excelente lectura llena de revelaciones aunque siempre desde un ángulo respetuoso. Jo Ramírez, mi vida en la Fórmula 1 cuenta además con prólogos de Jackie Stewart, Alain Prost y Adrián Fernández. Desde muy joven Jo Ramírez forjó amistad cercana con los hermanos Rodríguez. En el libro revela el secreto que Ricardo le confió cuando iban por Paseo de la Reforma en la Ciudad de México para manejar magistralmente en suelo mojado como lo hacían ambos hermanos. Ricardo fue fundamental para que Jo pudiera adentrarse en el mundo del automovilismo en Europa trabajando para firmas como Ferrari, Maserati, Lamborghini. Por eso el relato que hace Jo de su reacción ante el accidente donde murió Ricardo Rodríguez es emotivo, desgarrador. Es la historia de alguien que pierde a un amigo que aprecia, respeta y admira.
Las memorias de Jo también nos ofrecen una mirada privilegiada al perfil humano de figuras del deporte motor con las que pudo trabajar como Dan Gurney, Jim Clark, Ken Tyrrell, Emerson Fittipaldi o Ron Dennis. Pero además, el relato de Jo es el perfil de una época de accidentes en la que los amigos morían en la pista, pero a pesar de la recurrencia de estos, Jo nunca pierde la sensibilidad, y está siempre latente en su libro el reclamo a quienes no se preocupaban lo suficiente por proteger la vida de los pilotos.
Uno de los momentos más interesantes es su incorporación a McLaren en 1983 –un par de años después que Ron Dennis se hiciera cargo– cuando inició la mejor época del equipo. Jo se insertó como coordinador y desde su posición privilegiada nos ofrece perfiles muy detallados sobre la personalidad de los pilotos que se encontró en el equipo como Niki Lauda y Alain Prost, primero y luego Keke Rosberg, Ayrton Senna, Gerhard Berger y Mika Hakkinen.
Su perspectiva sobre la rivalidad entre Ayrton Senna y Alain Prost es única, siempre conciliador, intentando mediar, revelando detalles y anécdotas sobre ese carácter competitivo de ambos pilotos que alimentó la pugna más memorable en la historia de la máxima categoría que el mismo Jo pudo atestiguar desde adentro.
Jo Ramírez, sin ser piloto, se ha ganado un lugar de amplio respeto en la historia al lado de quienes estuvieron al volante, por lo que sus memorias se vuelven una lectura indispensable para cualquier aficionado al deporte motor y más si ese aficionado es mexicano.