Los pilotos más valientes del mundo inician su campaña 2012, CARLOS JALIFE analiza equipos, hombres y máquinas.
Honda
Tiene al campeón, pero no es su piloto favorito
Honda en motos es reconocido como el equivalente de Ferrari en la F1, pues son el gran equipo de competencias que fabrica las mejores motocicletas de calle y tienen una tradición que se remonta a los años 50 en el mundial de motociclismo, además de que en las estadísticas totales ganan más de las que pierden.
Los actuales campeones presentan una nueva moto para 2012, la RC213V de mil centímetros cúbicos, cuatro tiempos, cuatro cilindros de cuatro válvulas por cilindro, enfriada por líquido. Pesa 150 kilos y da 230 caballos de potencia a un chasis de aluminio de doble viga de alta flexibilidad que permite aprovechar al máximo el agarre de las Bridgestone que usan todos los equipos. El carenado de fibra de vidrio ha sido modificado para optimizar la aerodinámica en esta moto que es un poco más grande que la de 800cc usadas hasta 2011.
Aunque son los campeones defensores, los pilotos del equipo oficial de Honda se han reducido a dos en 2012: el bicampeón mundial Casey Stoner, de Australia, y el español Dani Pedrosa, quien tiene más clavos en el cuerpo que victorias de MotoGP, pero cuando está en forma es el más rápido del mundo, como lo demostró en el GP de Italia 2009, en Mugello, cuando impuso la marca vigente de 349.7 Kph, la cual podría ser rota este año con las motos más potentes. Se ha dejado ir a Andrea Dovizioso, el italiano que emigró al equipo Tech 3 Yamaha, tras quedar tercero en el campeonato –delante de Pedrosa– molesto porque no se le consideró a la hora del recorte.
Y ahí es precisamente donde está el punto flaco de la escuadra. Al ser un equipo con patrocinio español, su simpatía natural recae en Dani, no en Casey. Además Dani, quien mide 1.60 m y pesa 51 kilos, ha sido campeón con la firma nipona en las clase inferiores y fue su probador y desarrollador durante mucho tiempo, precisamente por la talla exacta que tiene, pues minimiza la interferencia aerodinámica y su peso es una ventaja considerable en cuanto a la velocidad tope y el desgaste de la máquina, que está considerada como la moto a vencer en el campeonato.
Pedrosa es el hijo favorito del matrimonio Honda- Repsol, pero resulta que Casey Stoner salió más rápido y menos accidentado por lo que se llevó el título mundial la campaña pasada, colocando al equipo en una situación embarazosa. Saben que tienen la mejor moto, pero Casey –quien fue campeón en 2007 con Ducati– no es el piloto que debiera llevarla a lo más alto del podio con tanta frecuencia, lo cual el australiano hace porque su manejo es muy rápido, pero no tan agresivo como el de Dani y por ello comete menos errores, se cae menos y tiene el cuerpo listo para cada carrera, sin tener que perderse fechas cada año. Pero en 2011, Casey fue imparable al obtener el sexagésimo título de la marca con 10 triunfos además de 12 Posiciones de Privilegio y 7 Vueltas Rápidas y ganar por quinto año consecutivo su GP local, con lo que aseguró que nadie más triunfó en Australia en MotoGP en la era de las motos de 800cc. Para 2012 es favorito para retener el título, pero paradójicamente, no en su propio equipo.
Dani –campeón 2003 en 125cc y 2004 y 2005 en 250cc– nunca ha quedado más abajo del quinto sitio en MotoGP y nunca ha corrido otra marca en el mundial que no sea la de la firma de Hamamatsu. Pero el problema real es que sus numerosas caídas le han costado lesiones – 2008 mano derecha, 2010 clavícula izquierda, 2011 clavícula derecha– que lo han alejado de las pistas varias fechas y aunque ha sido subcampeón dos veces, el ansiado título no llega y la presión crece. Los nuevos talentos llegan, los viejos no se van y Dani no tiene muchas oportunidades más de ser campeón, ni Honda lo va a esperar por siempre. Cuando perdió el título con Stoner en 2007 fue porque las llantas Michelin que usaba Honda entonces eran inferiores a las Bridgestone de Ducati, pero en 2011 Dani recibió una dosis de realidad al enfrentarse al antípoda con el mismo equipo. En 2012; el hijo favorito necesita que Stoner coopere teniendo un mal año.
Yamaha
El futuro es suyo, si lo saben desarrollar
El equipo oficial de Yamaha -realmente YFR que son las siglas de Yamaha Factory Racing o sea equipo de carreras de fábrica– fue fundado en 1999 tras el retiro de Waine Rainey y está basado en las cercanías de Monza, Italia; ha sido campeón en cuatro de las cinco campañas más recientes, tres veces con Valentino Rossi y en 2010 con Jorge Lorenzo, el español que lidera la escuadra actualmente.
Es interesante, que pese a lo que parece un dominio abrumador, el equipo no es considerado el mejor de la categoría, ni tampoco la motocicleta que más triunfos obtuvo entre 2007-2011. Eso podría cambiar con la introducción de la nueva YZR-M1 de un litro de cilindrada (1000 cc) que se ajusta a las reglas vigentes a partir de 2012.
Es también una moto de motor de cuatro tiempos, con los usuales cuatro cilindros de cuatro válvulas por cilindro, enfriada por líquido y tiene el peso reglamentario de 150 kilos. La potencia nominal es de 230 caballos y el chasis de aluminio promete ser mejor que el usado en 2011, que no fue tan eficiente con las Bridgestone, aunque la presentación tardía de la motocicleta, apenas el 22 de marzo, los dejó con una sola prueba de pretemporada –la de Jerez– para ponerlo a punto antes del inicio de la campaña.
Yamaha cuenta con dos pilotos de gran futuro, el ya campeón Lorenzo y el estadounidense Ben Spies, quien se unió a la marca en MotoGP 2010 y es tan prometedor que no les importó dejar ir a Valentino Rossi para firmarlo. El residente tejano fue campeón de la serie estadounidense tres años consecutivos entre 2006-08 y emigró a la Superbike para ganar el título en 2009, siempre con Yamaha, lo cual convenció a la firma de Shizuoka de firmarlo para 2010 en el equipo satélite Tech 3, con el cual consiguió el título de Novato del Año y su pase al equipo oficial para 2011 en lugar de Rossi.
Consiguió su primera victoria en la celebración del 50 aniversario de la firma en las carreras en Assen, Holanda, y terminó quinto en el campeonato en su primera incursión con los equipos grandes, por lo que el futuro es brillante pues apenas está aprendiendo y por su tamaño (1.80 m y 73 kilos) la nueva moto parece hecha a su medida. Pero también sufrió algunas caídas que lo apartaron de las pistas en varias fechas y en un mundial tan competido como el de MotoGP la consistencia es indispensable.
Su coequipero Jorge Lorenzo ganó su primera carrera europea, en 125 cc, a los 14 años de edad en 2001 y al año siguiente ya estaba corriendo el mundial de la categoría. Se coronó bicampeón en 250 cc en temporadas consecutivas 2006-07 y Yamaha lo firmó para su escuadra de MotoGP en 2008, e inició la campaña con tres PPs seguidas y ganó el tercer Gran Premio (Portugal) en su primer año al lado del multicampeón Rossi.
Aprendió rápido al lado del mejor y con cuatro triunfos se volvió subcampeón en 2009; para 2010, aprovechando una caída que le costó media temporada a Valentino, ganó nueve veces para coronarse con 383 puntos, nuevo récord de la MotoGP. Su estilo de rebasar por afuera en el momento que alcanza a otros pilotos, sin dar tiempo a que reaccionen, lo hace un piloto espectacular, consentido de la afición, pero no es tan buen desarrollador como se mostró en la temporada 2011 cuando ya sin Rossi al lado fue batido por los pilotos de Honda aunque terminó subcampeón con tres triunfos y 10 podios en total.
La dupla de Yamaha es la de mayor futuro en la categoría, pero necesitan que su nueva motocicleta sea muy maleable, ya que no tienen al gran campeón italiano que la desarrollaba y dejaba la puesta a punto lista para cualquier otro piloto que se pusiera al manillar de la misma. Esa es la tarea pendiente para estos dos jóvenes pilotos y el equipo técnico que los acompaña.
Ducati
Debe dejar de desperdiciar campeones
El único equipo grande de MotoGP que cuenta con dos campeones mundiales en sus filas, fue también el único que no logró triunfos en la campaña 2011, Ducati Corse. Es una situación como la de Ferrari, donde un piloto grande no tiene el auto que lo lleve al triunfo, pero en la firma de Bolonia la cuestión es todavía peor, pues tienen a dos campeones y uno de ellos es el que quizás al final de su tiempo en el motociclismo será considerado el mejor de todos los tiempos.
Y no tiene una moto que ande lo suficientemente rápido como para poder competir contra la maquinaria nipona que tantos títulos le dio anteriormente. La siguiente moto del equipo tiene que ser mucho mejor para reducir la desventaja de casi dos segundos que tiene actualmente y poner a sus campeones en posición de competir por el podio consistentemente.
La nueva Ducati es la Desmosedici GP12, que promete ser completamente nueva en todo, no una mera evolución de más tamaño que la GP11 que se usó en 2011. Tiene 999 cc de cilindrada, justo debajo del máximo permitido por las reglas y es propulsada por un motor de cuatro tiempos, con los usuales cuatro cilindros de cuatro válvulas desmodrónicas por cabeza –de ahí el nombre Desmosedici pues son 16 (sedici) en total– enfriada por líquido, pero su peso es cinco kilos más del mínimo reglamentario de 150.
La potencia nominal aumentó a 250 caballos y su velocidad tope es de 360 kph. El motor ha sido montado más atrás sobre el chasis de aluminio de doble viga –ya no se usa el de fibra de carbono de 2011– para permitir una mayor cantidad de combinaciones en los reglajes de la suspensión para aprovechar al máximos las Bridgestone que calzan todos en MotoGP. Hay muchos cambios más debajo del carenado de fibra de vidrio, y virtualmente se ha cambiado todo lo que se pudo mejorar, de acuerdo a las sugerencias de sus centauros.
Y si ni el talento combinado de siete títulos de MotoGP puede ponerlos a la par de sus contrapartes niponas, más valdría cerrar el equipo y dejar de dar pena, pues es obvio que el problema no son los pilotos.
El líder del equipo es el legendario número 46, Valentino Rossi, quien acaba de cumplir 33 años en febrero y llega a su temporada 16 en campeonatos mundiales de motociclismo, la mitad de su vida. El italiano ha ganado títulos en 125 (1) y 250 cc (1) con Aprilia, en 500 cc (1) y MotoGP (2) con Honda y en MotoGP con Yamaha (4), por lo que también es obvio que si no gana con Ducati, no será cuestión de manos, sino de máquina.
Dejó su lucrativo contrato con Honda en la clase superior de las motos para enfrentar el reto de desarrollar la Yamaha y regresarla al primer plano, lo que logró pese a las condiciones broncas de la moto. Pero en 2010 decidió enfrentar el nuevo reto de regresar a Ducati al primer plano, pues la sangre llama y el orgullo italiano se impone.
Pero la GP11 resultó mala y Rossi, apenas recuperándose de una fractura expuesta en la pierna sufrida en Mugello en 2009, tenía además la misión de desarrollar la nueva moto de un litro, haciendo mucho del trabajo en carrera, pues la temporada estaba perdida desde el inicio del año. Un podio en todo el año fue el magro resultado, aunque sembrando en 2011 con la esperanza de cosechar en 2012.
Y el hombre más divertido del motociclismo, con celebraciones legendarias tras sus triunfos, enfrenta el año con un diseño de casco que rinde homenaje al fallecido ‘hermano menor’ –Simoncelli– y su número 58.
El otro campeón en la nómina boloñesa es el estadounidense Nicky Hayden, quien fuera coequipero de Rossi cuando en Honda y batiera a Valentino con su constancia en 2006 para quitarle el título en la carrera final por cinco puntos. Nicky es hijo de piloto, como Rossi, y también rinde honor al número que usaba su padre en las pistas, el 69.
Tras ganar el campeonato de la AMA estadounidense y las 200 Millas de Daytona en 2002, su firma Honda lo trajo al mundial y para 2006 les dio el título en MotoGP. Pero vinieron años de resultados no tan buenos y Nicky se fue a Ducati en 2009 para reencontrarse con Rossi la campaña pasada. Les tocó la GP11 que se convirtió en la GP11.1 híbrida probadora de soluciones para 2012, y acabaron en los sitios 7 y 8 del campeonato, lejos de sus usuales posiciones. Ducati no puede desperdiciarlos, merecen una moto mejor y especialmente Hayden, en el último año de su contrato, no renovará si no tiene una moto ganadora, y el orgullo patriótico no aplica en su caso. Rossi tiene todavía unos cinco años de alta competitividad y desperdiciarlo, como Ferrari con Alonso, es un pecado que se paga caro.