El Gran Premio de Emilia Romagna de F1 en Imola será a puerta cerrada, como consecuencia del rebrote de la COVID-19 en Italia.
Según datos de la ONU, del 9 al 27 de octubre se registraron casi 209 mil casos positivos al virus en todo el país, con un total de 1418 muertos.
Ante ello, el Primer Ministro Giuseppe Conte decretó medidas nuevas, como el uso obligatorio de cubrebocas al aire libre, la aplicación de toque de queda en algunas ciudades, cierre de iglesias, gimnasios, museos y teatros, y horarios más restringidos en bares y restaurantes.
A su vez, la Región de Emilia Romagna y el municipio de Imola sostuvieron pláticas con los organizadores del Gran Premio, que permitiría asistencia limitada.
A pesar de que habría controles múltiples de salud, no hubo permiso para celebrar la carrera a puertas abiertas, por lo que este miércoles, a tres días del arranque de actividades, se anunció que no se permitirán espectadores.
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«El organizador de Fórmula Imola (promotor del GP) está evaluando, de acuerdo con los representantes del Gobierno encargados de supervisar los trámites relacionados con la cancelación extraordinaria de la presencia del público y la hospitalidad, las formas de devolución de las entradas, que en todo caso se realizarán en el menor tiempo posible», se indicó.
Imola es el golpe más reciente a los eventos que se incluyeron de última hora al calendario de F1, pero que se harán a puerta cerrada.
Pese a poner a la venta 45 mil boletos, Turquía también dio marcha atrás y realizará su Gran Premio a puerta cerrada, mientras Portugal tuvo que reducir su capacidad a 27 mil personas para la cita del fin de semana pasado.
Bahrein aún no anuncia si sus carreras tendrán aficionados, algo que Abu Dabi descartó de manera anticipada.
