La FIA respondió a las críticas que Max Verstappen y otros pilotos realizaron en el Gran Premio de Australia, respecto a la velocidad del Auto de Seguridad.
El neerlandés calificó como si fuera una «tortuga» la manera en la cual Bernd Maylander condujo el modelo Aston Martin Vantage durante la competencia del domingo, mientras Charles Leclerc admitió que no podía colocar temperatura en sus neumáticos al ir muy lento, aunque el monegasco fue empático porque vio que el vehículo se estaba deslizando mucho.
Este jueves, la Federación respondió a los comentarios y enfatizó en el hecho de que, sin importar cuál de los autos esté rodando en pista, su prioridad es salvaguardar la seguridad de los participantes en un Gran Premio y no qué tan rápido debe ir.
«A la luz de comentarios recientes sobre el ritmo del Auto de Seguridad de la Fórmula 1 de FIA, la FIA quisiera reiterar que la función principal del Auto de Seguridad de la Fórmula 1 de FIA no es, por supuesto, la velocidad absoluta, sino la seguridad de los pilotos, comisarios y oficiales», se indicó en un comunicado.
«Los procedimientos de Auto de Seguridad tienen en cuenta objetivos múltiples, dependiendo del incidente en cuestión, incluido el requisito de ‘agrupar’ al pelotón, negociar la recuperación de un incidente o escombros en la pista de manera segura y ajustar el ritmo según las actividades de recuperación que puedan estar en curso en una parte diferente de la pista».
«Por lo tanto, la velocidad del Auto de Seguridad generalmente está dictada por el Control de Carrera y no está limitada por las capacidades de los Autos de Seguridad, que son vehículos de alto rendimiento hechos a medida, preparados por dos de los principales fabricantes del mundo, equipados para hacer frente a las condiciones cambiantes de la pista en todo momento y conducido por un piloto y un copiloto muy experimentados y capaces».
«El impacto de la velocidad del Auto de Seguridad en el rendimiento de los autos que le siguen es una consideración secundaria, ya que el impacto es igual entre todos los competidores que, como siempre, son los responsables de conducir de forma segura en todo momento según a las condiciones de su auto y del circuito».
Por segundo año consecutivo, Aston Martin y Mercedes-AMG se reparten las labores de proporcionar los vehículos insignia y médico para el Mundial de F1; la marca británica introdujo este año el modelo Vantage V8 doble turno de 4.0 litros de capacidad, el cual produce 528 hp.
Mercedes-AMG, por su parte, estrenó el GT Black Series con potencia de 730 hp, que se dice que es hasta cinco segundos más rápido que su contraparte.
Tras el GP de Australia, la FIA había informado que se revisarían los protocolos de Auto de Seguridad, luego de la situación que ocurrió entre Mick Schumacher, Pierre Gasly y Yuki Tsunoda, en el cual el alemán casi choca con el japonés, en parte a causa de las velocidades.
No obstante, insistió en que ellos son los responsables en el modo de administrar sus monoplazas y ellos deberán ver la manera en la que eviten incidentes.
«Es claro que la velocidad y las capacidades de frenado de los autos de F1, especialmente al intentar mantener temperaturas requeridas en los neumáticos y frenos, están en tensión con la separación de diez autos detrás del Auto de Seguridad tradicionalmente especificada en las reglas», se acotó en el informe de la investigación del incidente.
«Este debe ser un punto de énfasis en futuras sesiones informativas para pilotos, para garantizar que los pilotos acuerden colectivamente la mejor manera de abordar este desafío antes de que ocurra un incidente desafortunado».