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Parece raro, pero la primera mujer que corrió en Indy fue Janet Guthrie y lo logró en 1977, hace apenas 39 años, mucho tiempo después de que la mujer obtuviera el voto. Con su aparición en el óvalo de 4 kilómetros de Indianápolis logró otras dos cosas importantes, como que le pusieran puertas a los baños del recinto que estaba reservado exclusivamente para hombres, y que el anunciador oficial tuviera que decir: “En compañía de la primera dama en calificar a la Indy 500, caballeros, enciendan sus motores”.

Janet nació en 1938 en Iowa, y tras graduarse como ingeniera aeroespacial en la Universidad de Michigan se inició en las carreras en 1963 en un Jaguar XK140 que ella misma preparaba, además de pilotar un avión y convertirse en instructora de vuelo. Para 1972 ya era una profesional de las pistas. Intentó conseguir dinero para las 500 Millas de Indianápolis en 1976, tras haber corrido en NASCAR, pero fue hasta 1977 que lo consiguió y pudo calificar a la Daytona 500 y luego a la Indy 500 el mismo año, rompiendo la barrera de género en ambas carreras.

Su debut en Indy fue con un Lightning-Offy y se colocó a la mitad de la novena fila, sitio 26, delante de Clay Regazzoni, el piloto suizo de F1 ganador de varios grandes premios, quien también debutaba. Durante la carrera no tuvo suerte, su auto se salió de tiempo y la forzó a abandonar quedando en el sitio 29, pero delante de Regazzoni.

Ella calificó otro par de veces en 1978 y 1979 y quedó novena en el primero de esos años, el mejor sitio para una mujer hasta que Danica Patrick lo rompió ya entrado el siglo XXI. Intentó calificar en 1980 a la Indy 500, pero no lo logró y se retiró a finales de esa década corriendo en autos Sport en las series de SCCA, tras haber roto todas las barreras que existían para las mujeres en las pistas estadounidenses. Su autobiografía se publicó en 2005: “Una Vida con el Pedal a Fondo”.