El plan inicial de F1 es seguir utilizando motores híbridos cuando su paquete se renueve en 2026.
En los últimos días, la categoría ha detallado los avances de su plan de sostenibilidad, que busca reducir las emisiones de carbono totalmente para 2030.
Además de acciones fuera de pista, como tener oficinas y fábricas 100% renovables y el uso de materiales sostenibles en el paddock, F1 informó de la construcción de un mapa de acción para sus motores de combustión interna.
Su enfoque es combinar la tecnología híbrida, que se estrenó en 2014, con combustibles sostenibles, lo cual respalda el proyecto que Ferrari está desarrollando para el mediano plazo.
«Creemos que con más de mil millones de los 1.1 mil millones de vehículos en el mundo impulsados por motores de combustión interna, tenemos el potencial de liderar el camino en tecnologías que reducen las emisiones de carbono automotrices a nivel global», indica un informe de sostenibilidad.
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«También creemos que no existe una solución única para las tecnologías de motores del futuro, pero un motor híbrido con combustible sostenible será un momento significativo para el sector del deporte y automotriz».
En el plan de acción, F1 ha creado un grupo de trabajo que se encargará de investigar y planear el siguiente paquete motriz, que se introducirá en 2026. Dicha fuerza incluirá especialistas de las marcas del industria principales proveedores de energía y grupos de investigación independientes.
Si bien el objetivo es seguir a la vanguardia en el aspecto tecnológico, Toto Wolff advierte que se debe evitar el desarrollo de una conjunto de elementos completamente nuevos, a fin de no hacer gastos excesivos.
«Como están las cosas, creo que debemos tener una combinación de lo que tenemos hoy: un motor de combustión interna y agregar energía y potencia híbridas para tener una mejor relación entre la propulsión de energía sostenible y los motores de combustión convencionales», explicó el jefe de Mercedes.
«No creo que se trate de simplificar, sólo se trata de tratar de no tener costos crecientes y, aparte del componente más eléctrico con un paquete de baterías potencialmente más grande o más potente, los combustibles sostenibles son definitivamente el futuro».
«En 2025 deberíamos tener un combustible 100% sostenible, ya sean combustibles sintéticos o biocombustibles, pero debería venir con un gran paso para 2025 y no con un aumento gradual en los próximos años, porque nuevamente eso encarecería el desarrollo de la unidad de potencia».