El piloto alemán sabía que la única manera de salir de Budapest con el triunfo era manejar sin errores a lo largo de las 70 vueltas a las que fue pactada la carrera, y eso fue lo que hizo, pues largó de manera perfecta colocándose en la punta tras la primera curva. Vettel debió soportar también la presión de una nueva arrancada tras la aparición del auto de seguridad luego del accidente de Nico Hulkenberg en la vuelta 43, recibiendo de manera más que merecida la bandera a cuadros con más de cinco segundos de ventaja sobre su más cercano perseguidor.

Todo se alineó para que fuera una competencia en extremo emocionante. El homenaje que se le rindió a Jules Bianchi con el minuto de silencio se prolongó hasta el himno húngaro, para después conformar un círculo con los pilotos y familiares del fallecido piloto francés – en donde todos los cascos en el piso rodeaban al marcado con el retirado número 17 – que se convirtió en la postal perfecta del evento.

Por si algo hiciera falta, se abortó la salida por una mala alineación de Felipe Massa (muy cercano a la familia de Jules) en su cajón, lo que obligó a una segunda vuelta de formación y le restó un giro a la carrera para dejarla en 69.

Los autos de Ferrari sobrepasaron a los Mercedes en las primeras curvas, y lo que pasó de ahí en adelante fue tan sorprendente como alocado y caótico, pues hubo varios rebases e intentos de rebase que terminaron en contactos inevitables debido a la naturaleza del Hungaroring. Situación que cambió las posiciones de manera drástica detrás de Vettel y que terminó con los dos Red Bull completando el podio con Daniil Kvyat en el segundo puesto y Daniel Ricciardo como tercero.

Los incidentes de carrera dejaron al podio sin la visita habitual de las flechas de plata, finalizando Lewis Hamilton (quien admitió haber cometido demasiados errores) en el sexto sitio, mientras que Nico Rosberg, quien llegó a ilusionarse con el triunfo en la parte final de la justa, pero se vio frustrado por un contacto con Ricciardo, terminando octavo.

Force India tuvo un inicio soñado al colocar a Nico Rosberg en el quinto lugar y a Sergio “Checo” Pérez en el séptimo. Lamentablemente a Nico se le desprendió el alerón delantero y se fue directo a la barrera de protección, mientras que Sergio – tras un contacto con Pastor Maldonado que lo relegó a la parte final del pelotón – fue retirado en la vuelta 55 por un problema con los frenos, por lo que ninguno de los dos pilotos logró finalizar el emotivo GP de Hungría en el que todas las actuaciones fueron dedicadas a la memoria de Jules Bianchi.

La serie inicia su receso de verano, por lo que verá actividad hasta que la parrilla se reúna en Bélgica del 21 al 23 de agosto.