POR CARLOS JALIFE • @Scuderiargz
“WHERE CAN I BE SAFE… IN THIS GREAT BIG WORLD OF SADNESS.…”
FREDDIE MERCURY
En Hockenheim en julio pasado estuve un rato con Jules Bianchi platicando de su tío abuelo, Lucien, quien ganó con Pedro Rodríguez en las 24 Horas de Le Mans de 1968. Se dio el caso porque llevaba yo un par de autos a escala, uno de slot que muestra al GT40 de Pedro y Lucien en esa carrera y otro de Lucien en el GP de Bélgica en 1965 en un BRM rojo, que le iba a mandar a nuestro corresponsal en Bélgica (y especialista en MotoGP), Chris van de Wiele, quien está escribiendo la biografía del piloto belga fallecido en 1969 en los ensayos de la carrera que había ganado el año anterior con el mexicano.
Recuerdo que Jules, quien había estado platicando con Davide Valsecchi, uno de sus amigos de GP2 en la que se coronó en 2012 y ahora reportea para la televisión italiana, se asombró de ver ese F1 de 50 años atrás y me dijo que se veía “pequeño y frágil” y que ahora entendía. Yo supe que hablaba de que los pilotos se morían mucho en esos tiempos como Lucien y dije un poco en broma que ahora ya nadie se mata en un F1 y comentó que Senna era el último.
Platicamos del auto rojo, como su Marussia y le comenté que su tío abuelo tenía 45 años de muerto y me dijo que no lo conocía mucho, que en su casa no hablaban mucho de él, pero a veces salía en la plática con su abuelo Mauro Bianchi, quien también fue piloto, gran campeón de GTs y turismos en Europa y es miembro de la Scuderia. Le dije que pronto iba a saber mucho más cuando mi amigo Chris terminara la biografía y le prometí que también sabría algo de Pedro porque le iba a llevar una biografía de los hermanos Rodríguez a Austin.
Ahora ya no hay Austin para él. Yo no creo en milagros, pero esta vez quiero creer. Forza Jules #17