Por Carlos Jalife • @ Scuderiargz
El 25 de abril, por primera vez en muchos años, el hacedor de reyes perdió un juego y tuvo que dejar su sitio. Hablo de Ferdinand Piëch –nieto de Ferdinand Porsche, hijo de Louise la hermana de Ferry– y quizás el tipo más influyente en el mundo de cuatro ruedas en los últimos 50 años.
Entró a trabajar a Porsche en 1933 y para 1969 ya había ideado la fórmula para volver todopoderoso al auto germano en las pistas creando el 917 –cuyo mejor piloto fue Pedro Rodríguez– y vaya que lo logró. Con la relación hasta cierto punto incestuosa entre las marcas de VW, Audi y Porsche y las que se fueron añadiendo en el camino, Piëch tuvo su siguiente paso grande en el WRC al lanzar el Audi Quattro de Grupo B que revolucionó el mundo del rallismo y de los autos de calle mostrando la tracción total como el camino del futuro. Y ya metido de lleno en la industria, estableció el proyecto del Golf de cuarta generación que impuso un estándar en los autos de tamaño chico que sigue vigente e imitado.
En el camino fue rehaciendo el imperio perdido tras la II Guerra Mundial, unificando y adquiriendo marcas para el grupo –SEAT, Lamborghini, Bugatti, Skoda, Ducati, etc.– y finalmente llegó a ser el presidente del comité de supervisión de VW, con el poder de quitar y poner a los directores; a él se debe la fusión con Porsche que terminó por crear el grupo automotor más grande del mundo.
Ahora que Piëch deja el sitio en el comité, hay muchos rumorees acerca de la entrada de alguna de las marcas de VW a la F1, principalmente Audi, pues Ferdinand se opuso siempre a siquiera considerar la entrada a la máxima categoría, fiel a su visión de que la relación costo-beneficio no favorece a nadie sino a Bernie Ecclestone. Cuando lo cuestionaban, les daba como ejemplo a Toyota y su gasto brutal para obtener cero triunfos, pese a su estructura. Y Toyota terminó por irse al WEC a competir contra Audi en vez de seguir en la F1, así que los dos grupos automotores más grandes del mundo algo sabrán.
Se va la leyenda Piëch, pero la familia Porsche sigue con suficientes acciones para marcar el paso, así que si esperan ver la entrada pronta de Audi a la F1 –y más sin un GP germano– sugiero que lo piensen de nuevo