El más reciente Porsche 911 tiene unos zapatos muy grandes por llenar. Andrew Frankl lo compara con cuatro de sus ancestros más emblemáticos.
Fotografías de Stuart Price
Una de las cosas más trilladas que un periodista de autos puede decir sobre un coche es que es mejor que su antecesor. Claramente, la única cosa digna de resaltarse sería que no lo fuera. Pero con los Porsche 911 no siempre funciona así. Por casi medio siglo, ha sido un auto para el cual las reglas convencionales simplemente no aplican. Esas reglas, por ejemplo, dicen que la cajuela es un lugar tonto para poner el motor, o que (en los primeros tiempos al menos) el aire era una forma ineficiente de enfriarlo. Además, nunca ha habido la garantía de que una generación de 911 terminará siendo más apreciada que la anterior.
Pero, ¿alguna vez alguien ha tomado un grupo de 911s de distintos años del último cuarto de siglo, y los ha conducido en serio por los mismos caminos para descubrir si la historia ha sido justa con cada uno?
En el reciente lanzamiento del nuevo 991 en Los Ángeles, Porsche amablemente prestó justamente un grupo de autos así, por lo que no pudimos resistir la tentación de ponerlos a prueba. Tomamos ejemplares del 991, 997, 993, 964 y el Carrera Serie G y nos fuimos a las colinas para descubrirlo.
Y antes de iniciar debo mencionar que, dado que Porsche escogió cuáles autos llevar, los siguientes comentarios son representativos tanto de la generación del 911 como del modelo específico que condujimos.
Porsche 911 (991) 2012
Carrera S
El nuevo Porsche de la serie 991 pareciera no estar muy alejado del libreto 911 desde que en 1998 se cambió el sistema de enfriamiento de aire por uno de agua pero, lo está. Su alargado eje parece confrontar casi medio siglo de pensamiento, mientras que su dirección eléctrica y sus interiores más espaciosos y acogedores hablan de un cambio en las prioridades.
Si conduces el 991, aun de una manera dura, notarás una nueva experiencia: es más fácil, más cómodo y más silencioso. Por primera vez en la historia del 911 se ofrecen interiores que funcionan bastante bien. Pero, por el otro lado, algo parece faltar: esa chispa vital de la interacción entre el auto y el conductor que ha definido esta camada desde antes que la mayoría de nosotros hubiésemos siquiera nacido. Sin embargo, eso no desapareció, sólo está escondido.
Realmente exígele al auto y te darás cuenta de que se merece su insignia 911 tanto como cualquier otro. De hecho, te permite comprometerte en las curvas
de una forma tal que lo pensarías dos veces incluso en el 997 más reciente; ahí hay un argumento para decir que es aún mejor que antes. ¿Y qué hay en cuanto a la dirección electromecánica? Nunca dará la sensación de un sistema hidráulico, pero es lo suficientemente bueno, incluso para un 911.
Porsche 911 (997) 2005
Carrera 4S
Será interesante ver cómo la historia valorará al 997, aunque apostaríamos que será con una gran dosis de cariño y respeto. Al conducirlo por California, notarás lo cercana que está la motivación de aquellos que lo diseñaron con la de quienes diseñaron el 911 original.
El deseo de crear un auto sin compromisos para el conductor y con brillo y carácter sin rival en clase, que, al mismo tiempo, retenga la civilidad y uso práctico en lo cotidiano, se aprecia claramente en el 997 como lo fue en el 901 de 1963.
En la mayoría de los aspectos, el 997 se siente sorpresivamente moderno, aunque su diseño básico data de 1998. Si condujeras uno ahora y perdonas el material del tablero y su cuestionable ergonomía, te preguntarías porqué Porsche sintió necesidad de remplazarlo. Y te lo seguirías preguntando hasta que conduzcas el nuevo 991. Recuerda, además, que el 997 de primera generación fue el último en utilizar el viejo motor plano de seis; en 2009 se puso el motor de inyección directa, más novedoso, simple y barato, pero con menos carácter.
Porsche 911 (993) 1996
Carrera 4S
Fue el último de los 911 enfriado por aire, y es visto por muchos como el mejor. Concebido cuando Porsche tenía problemas financieros, no fue el auto totalmente nuevo que la firma quería, sino una evolución pragmática del 964 con una carrocería más aerodinámica, una transmisión de seis velocidades y, crucialmente, una nueva suspensión de doble brazo trasero que, por vez primera, verdaderamente frenó la predilección de los 911 por desaparecer de cola en la maleza.
Disponible en dos configuraciones de motor, las antiguas unidades de 272 caballos se consideran hoy más tersas y confiables que los motores posteriores “Varioram” de 285 aunque, en realidad, ambos son fabulosos.
Lo más importante que hay que saber sobre los 993s es que son quizás los más sensitivos en configuración de todos los 911, y les afecta hasta el tamaño de los rines. Este Carrera 4S tocado, en realidad resultó decepcionante, pero un Carrera 2 básico de carrocería angosta pre-Varvioram, con rines de 16 o 17 pulgadas es uno de los autos estándar más finos de Porsche.
En una palabra, lo que el 993 ofreció fue manejabilidad. En la forma en que se comportó, distribuyó la potencia con ese extra o se agarró en los caminos, hizo al 911 un arma mucho mejor para todo propósito a la vez que realmente mejoró el placer del manejo. No es casualidad que hoy sea tan buscado.
Porsche 911 (964) 1993
CARRERA 4 30° Aniversario
Para los estándares 911, los 964 están entre los menos queridos. Feos, sin el carácter de sus antecesores ni la capacidad de sus herederos, el 964 fracasó en atrapar la imaginación del comprador.
Pero estos autos son también mucho más fáciles de operar que los 911 anteriores gracias a un interior completamente nuevo y además son más plácidos de conducir no sólo por su mejorada calidad y refinamiento de desplazamiento, sino también, principalmente, por la inclusión de la dirección asistida.
Cuando reunimos estos autos, pareciera que es el que menos te arrepentirías de no conducir. Pero, sin embargo, mantiene su frente en alto. Tiene la caja de cambios G50 que sólo el último de la serie G pudo disfrutar, por lo que los cambios son un placer y es extremadamente rápido gracias a su motor de 3.6 litros de doble bujía. Y, a diferencia de todas las generaciones posteriores de 911, que se ensancharon atrás, puedes meter el 964 en huecos que nunca intentarías en autos más modernos.
Evitaríamos los subvirantes Carrera 4S y, a toda costa, el lastimoso automático Tiptronic de cuatro velocidades, pero si puedes hacerte de un buen coupé Carrera 2 manual de bajo kilometraje, estarás comprando uno de los más subestimados 911.
Porsche 911 1987
Carrera 3.2 Club Sport
El Carrera 3.2 fue, si tú quieres, el desarrollo máximo del 911 original. Mientras que los coches posteriores retuvieron su arquitectura básica y el motor enfriado por aire, la filosofía subyacente abogaba por un enfoque menos rígido. Aun sin haber probado el 991, el 3.2 se siente inevitablemente antiguo. Parece imposible que hace apenas 25 años los clientes estuvieran contentos con una postura de manejo tan terrible, controles oscuros, ergonomía de broma, calefacción todo o nada y una caja de cambios mala.
Sin embargo, gira la llave y escucha el motor plano de 3.2 litros. Después del 991 es como cambiar de Leona Lewis a Janis Joplin, gran mejoría. Y tal vez tenga sólo 231 caballos, pero aun los autos estándar llegaban a 100 kph en poco más de 5.5 segundos, marca que este ligero y balanceado Club Sport superaba.
Aun para los estándares actuales, este viejo soldado es realmente rápido y adecuadamente emocionante también. Este es un 911 de una escuela de pensamiento desinhibida que cualquier cosa que hace, la hace en exceso.
Al principio el reto parece ser, simplemente, sobrevivir al conducirlo rápido. Pero luego aprendes a controlarlo, a mitigar los problemas de su trompa liviana y a explotar las ventajas de su cola pesada. Su sola dirección hará que le perdones todo lo demás. Ponlo de esta manera: si conduces uno, querrás uno.
Veredicto
¿Hay algún auto héroe aquí, el 911 de los 911s? No precisamente. Cada uno tiene un atractivo distinto, ya sea el encanto básico del 3.2 Carrera, el sentido común del 964, el atractivo del 993 como “clásico” definitivo entre los 911s, la manejabilidad del 997 o la asombrosa sofisticación del 991. El hecho es: comprarías cada uno con un propósito diferente. Sin embargo, forzado a escoger al que mejor represente todo lo bueno de los 911, creo que me iría por el 993, seguido muy de cerca por el 997. La solución óptima es simple: quieres el Carrera 3.2 y el 991. Así cubres todas las áreas.
El eslabón perdido
Pregúntale a Porsche porqué omitió el 996 del elenco de 911s que puso a nuestra disposición y escucharás algo así como que ese modelo estuvo representado por el 997. Esto, claramente, es una excusa. La verdadera razón tiene que ver con que no quieren que nos acordemos de la fallida creación del primer 911 enfriado por agua.
Podrías ver cómo Porsche sacrificó calidad de ingeniería para ahorrar dinero, y cómo su motor plano de seis cilindros se ganó pronto la merecida reputación de poca confiabilidad.
Pero el 996 era más ligero y potente que el 993 al que remplazó y hoy, te sorprenderír descubrir lo rápido que son y lo bien que se conducen.
Al menos la pobre reputación del 996 implica que son baratos para los estándares del 911. En la medida en que sus problemas mecánicos han sido resueltos, pueden ofrecer una ventana asequible al mundo del más grandioso auto deportivo jamás producido.