La de Esteban es una historia de destino. No existía gran afición en su entorno familiar por los autos y fue el destino el que lo puso en un kart en un día de asueto en su natal Monterrey y su desempeño fue tan superior al de todos los demás que la gente pensaba que era kartista. Para aclarar la duda acerca de su habilidad, entró a una serie de karts a fines de 2004 a participar en el cierre de temporada y volvió a sorprender a todos pues manejaba como si tuviera años de práctica.

Al darse cuenta que podía ser un diamante en bruto, su padre buscó el asesoramiento de profesionales, los multicampeones nacionales Gerardo ‘Plátano’ Martínez y su hijo David –piloto de IRL y ALMS– y en 2005, con 13 años de edad, Esteban ganó en el nacional de Rotax y fue elegido para ir al torneo estadounidense de la especialidad como representante azteca y regresó con un podio a los 12 meses de haberse subido por primera vez en serio a un kart. En 2006 repitió campeonatos y ante la duda sobre si su habilidad se transferiría a los autos, se decidió que probara un Fórmula Renault 2000, el auto de competencia más veloz de México. Fue a la pista de SLP y como no tenía licencia ni había manejado nunca un auto de cambios, tuvieron que explicarle desde el proceso para usar el embrague. En el segundo día de pruebas ya había igualado el récord de pista. Dudas aclaradas.

Había pruebas programadas para la Fórmula BMW con vistas a correr la serie norteamericana en 2007, pero las fechas decembrinas tradicionalmente familiares provocaron una acre disputa que terminó con el futuro piloto y sus entrenadores yendo a los ensayos sin saber si al regreso les abrirían la puerta. Los buenos registros hicieron que firmara para correr con el equipo canadiense Autotecnica. La temporada fue excepcional; 14 carreras en las que obtuvo cuatro triunfos, ocho podios y nueve posiciones de privilegio (de 13 ya que una fue asignada por sitios en la clasificación cuando llovió), incluyendo las seis primeras del año.

Y ahora las dudas eran de los que lo veían, que no podían creer que nunca hubiera corrido. Perdió el título por una serie de decisiones rigurosas, como cuando en Road America le quitaron su tiempo de calificación (otra PP) por tener el alerón trasero fuera de reglamento, pero sin considerar que le habían chocado justo en la montura del mismo y por eso estaba caído. Arrancó 16 y último y remontó para terminar segundo a cuatro milésimas de segundo del vencedor, tras 10 vueltas. Al final del año fue al Mundial de F-BMW en Valencia a medirse con sus pares europeos en preparación para 2008 cuando correría la serie del viejo continente… y repetiría la dosis: siete triunfos, 12 podios, tres PPs y ocho VRs en 16 fechas, para obtener el título.

Probó diversos autos más potentes y ya como miembro de la Escudería Telmex eligió correr en la F3 Europea a en 2009, con ART Grand Prix, y aparte manejó en fechas selectas de la F3 Británica. Tercer volante del equipo, obtuvo podios en ambos campeonatos y quedó noveno al final del año, por lo que fue invitado a probar en GP2 y BMW premió su título 2008 con una práctica en el BMW-Sauber F1 en Jerez, y no desmereció al quedar entre los cinco mejores del día. Con la nueva GP3 como preliminar de la F1 –y de la GP2– decidió irse a esta serie y fue el primer campeón con otra gran campaña: cinco victorias, nueve podios y dos PPs, dominando claramente la serie por lo que fue firmado por Sauber como piloto reserva y probador, poco antes que Sergio Pérez fuera contratado. Para 2011 subió a GP2 con el mismo ART, ahora filial de Lotus, y fue el único novato en ganar en la serie, terminando con un triunfo al igual que su laureado coequipero Jules Bianchi, y fue ganador del trofeo al mejor rebase del año por su maniobra sobre el campeón Romain Grosjean en Hungría. Repite GP2 en 2012, ahora como líder de su escuadra, mientras Sauber lo ha ratificado como probador. El futuro es promisorio, sin lugar a dudas.