Juan José Seguí reseña la más reciente exposición del museo con ayuda de las fotos de Jorge Ríos Hellig

Porsche tenía una gran presión en Alemania para ponerse a la altura de las otras armadoras –Audi, BMW y Mercedes– pues su museo a duras penas podía albergar 14 autos y era de acceso restringido. Pero, el 31 de enero de 2009 todo cambió: un proyecto ambicioso, de estilo futurista ubicado en el corazón de la Porsche Platz, en Zuffenhausen, puso a la firma a la vanguardia de los museos automotores.

El edificio de 35,000 toneladas reposa sobre tres anclajes y da la bienvenida a más de 200,000 visitantes anuales. Es un espacio abierto, sin barreras, más bien un conjunto de rampas, escaleras y galerías que dividen el espacio y permiten un flujo natural con la cronología del material en exposición, siendo el color predominante el blanco. Los modelos están expuestos sobre stands de vidrio o enmarcados en un espacio con fondo negro para resaltar la importancia de los autos Porsche. Con un escaparate frontal de vidrio y un área de exposición de 5,600 m2 la estructura del museo está recubierta de paneles de aluminio suspendidos arriba de 50 m de la plaza Porsche, además de tener en contra esquina a la Fábrica 1, de donde salen los 911.

Precisamente el museo celebra este año la exposición del 50 aniversario del modelo 911,
 el modelo que puso a la firma alemana en la
mente de la gente del planeta y cuyo diseño ha
ido evolucionando a través de los años hasta convertirse en un ícono mundial. Hay ejemplares
 de los modelos más destacados, no pueden incluirse todos porque en realidad el museo tiene espacio para 86 autos en los tres niveles de exhibición, aunque existe también el área dedicada a restauración y mantenimiento de los más de 400 modelos en la colección del museo, que se usan
 en carreras de exhibición e históricas, exposiciones y festivales en que la marca tenga presencia. Este “taller” se encuentra en el vestíbulo principal al mismo nivel que el restaurant Christophorus –donde los clientes pueden ver el trabajo mientras degustan algún platillo–pues también prepara los autos antiguos de sus clientes importantes. Ahí está el acceso principal por una gran escalera que eleva al visitante 40 m para llegar al área de exposición.

El museo cuenta con 10 áreas temáticas, así como seis dedicadas a las ideas que forman la marca, todo esto envuelto en otras siete áreas destinadas para enmarcar la historia de los productos.

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La exhibición es dinámica. Los modelos expuestos varían conforme a los diferentes eventos a los que son invitados ya que la mayoría de los autos pueden desplazarse. Es recomendable hacer más de una visita para encontrar diferentes autos de la colección. También hay un despliegue de los trofeos obtenidos durante los años en carreras alrededor del mundo, testamento de aquellos logros de los autos presentes. Por ello, el museo Porsche no solo resulta una gran obra arquitectónica, sino un espacio ideal para sentir los valores y revivir la historia que esta marca ha logrado en las pistas y en las calles. Y la exposición 911-50 estará abierta hasta el 29 de septiembre.

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