SEBASTIAN VETTEL

La historia de Sebastian Vettel es similar a la de Lewis, así como lo son sus estadísticas, pero su inicio no fue de piloto único, sino que tuvo que competir con todos los volantes del programa juvenil de Red Bull Racing para poder ser considerado para un asiento de F1.

Su debut como adolescente prestado a BMW por RBR le trajo puntos (récord) en su primera aparición, y le valió la llamada antes de final del año 2007 para reemplazar a Scott Speed en Toro Rosso, la escuadra italiana hermana menor del Red Bull inglés. Y en 2008 logró lo que nadie, ganar con un Toro Rosso (que era en realidad un diseño de Adrian Newey ligeramente italianizado) con la Scuderia nacida originalmente como Minardi en Faenza. Su triunfo en Monza le valió el asiento para 2008 en el equipo mayor, y quedó subcampeón con una segunda mitad de temporada que por poco no le alcanzó para batir a Button, ganador de 6 de las primeras 7 carreras en el Brawn de difusor doble. En 2010, con los diseños de Adrian Newey en sus RB cada vez más refinados, Vettel se convirtió en el campeón más joven, con una victoria táctica en Abu Dabi, cuando era el tercero en discordia, batiendo a Alonso y Mark Webber, a quien tuvo de coequipero los siguientes tres años y a quien le fue dando cada vez más duro en la batalla interna. Muchos opinaban que la mayoría del mérito era del auto, pero si así hubiera sido, ¿cómo explicar el cierre en 2013 con nueve victorias consecutivas (récord) y su cuarto título, mientras Mark se iba en blanco en el año?

Sin embargo llegó el cambio de reglas de 2014, y otro coequipero australiano, Daniel Ricciardo. Un motor Renault poco desarrollado y el empuje del antípoda hicieron que Vettel se viera mal, aunque el problema principal era que sin un difusor soplado, su estilo de manejo resultaba impropio para el auto y terminó sin triunfos en el año contra tres de Daniel. Por ello anunció que dejaba RBR para 2015 y poco después se supo que iba a Ferrari, en vez de Alonso.

Vettel tenía que dejar RBR porque es un equipo que no da para hacer huesos viejos, por su producción incesante de pilotos jóvenes y para mostrarle a los críticos, que no recuerdan su triunfo con Toro Rosso, que no todo el mérito de sus victorias es por un auto superior a los demás. Pero también está en su mente su ídolo infantil, Schumi, quien renovó a Ferrari y lo regresó a la gloria, algo que consciente o no, Sebastian quiere imitar.

El inicio de la era con Ferrari ha sido bueno, con podios en cuatro de las primeras cinco fechas y un triunfo táctico en Malasia. El equipo se muestra energizado y el renacer es un hecho, aunque no los llevará al título en 2015, pero al menos ya los tiene como el segundo mejor equipo de F1 tras la campaña anterior sin triunfos.

Es el más joven de los tres y ya mostró que puede ganar donde sea; aunque le tomó más tiempo adaptarse al cambio de reglas de 2014, su manejo evolucionó para volverlo contendiente en 2015, pese a que tiene al coequipero más competente –Raikkonen– que le ha tocado enfrentar. La historia tiende a repetirse y Vettel bien podría hacer que la alianza ítalo-germana recupere su gloria…