Spengler y BMW dominan la final y se alzan con los títulos.
Charlie Edwards
El cierre del DTM se dio en Hockenheim, como la apertura, y no había certidumbre en campo alguno, pues el título de constructores estaba muy peleado entre Audi, Mercedes y BMW, mientras que Gary Paffett, por Stuttgart, y Bruno Spengler, por los de Munich, iban por el de pilotos.
La calificación fue por segunda vez al hilo para Augusto Farfus, el volante brasileño de BMW, pero Paffett quedó detrás con Spengler tercero, y Jamie Green, –el otro con posibilidades matemáticas de coronarse– muy lejos en décimo, que se volvió noveno cuando Timo Scheider fue mandado al fondo de la parrilla por una infracción técnica.
En la arrancada, Bruno, desde el lado limpio pasó a Paffett en la corrida al primer viraje y cuando se puso al lado de Farfus este le cedió el paso, consciente de la necesidad de su coequipero de ganar para coronarse. Paffett iba tercero y Green había pasado al sexto.
En el clásico incidente de la primera curva Rockenfeller se trompea, pero su coequipero Albuquerque lo endereza con un golpe de su Audi A5 y ambos quedan dañados. Bruno se aleja mientras Farfus le cubre la espalda y por ello, cuando se abre la ventana de fosos en el giro 11, Gary opta por parar temprano, siguiendo a Farfus, y lo pasa en la salida de los fosos con lo que queda segundo. Bruno aguanta más y cuando sale de su parada en la 18 está todavía primero con 3.5 segundos de ventaja.
La carrera adquiere mayor ritmo y el BMW M3 cedía poco terreno pese a los esfuerzos de Paffett quien decidió parar en la 24 por llantas nuevas y se pasó de sus fosos con lo que perdió un par de segundos. Spengler paró en la 25 y cuando salió tenía casi 5 segundos de ventaja y llantas más nuevas para las 17 vueltas que restaban.
Paffett arremetió con todo y para el giro 32 estaba a 1.3 segundos, pero se acabó las llantas en su apuro y Bruno lo consecuentó hasta el final sin dar ni pedir cuartel, como en Oschersleben, para cruzar la meta con dos segundos de ventaja y coronarse por cuatro puntos en su M3 negro.
BMW metió a cinco pilotos en los puntos y le arrebató el título a Audi, que sólo pudo sacar un sexto para Mortara; Farfus se llevó el título de novatos, mientras Schnitzer fue el mejor equipo, también para BMW, que arrasó en su regreso a
la serie.