Ross Brawn, condecorado con la Orden del Imperio Británico (OBE), está acostumbrado a guardar secretos. A los 62 años de edad, ha dejado su marca en los coches, ocho de ellos conquistaron el título de pilotos en F1; sumado al tiempo que pasó trabajando en el anonimato en Williams durante los 80.

A pesar de que resurgió de un largo período de autoexilio a fines de 2016 para promover el libro que escribió con el ex director de Williams, Adam Parr, ‘Competencia Total: Lecciones en Estrategia de la Fórmula Uno’, nunca dio información sobre las pláticas que tuvo tras bambalinas con los nuevos jefes de F1. Fue sensato, ya que estar entre los candidatos a convertirse en el ‘siguiente Bernie Ecclestone’ normalmente equivalía al beso de la muerte. «No volvería a F1 en ninguno de los puestos en los que he trabajado antes», dijo Ross, sin expresión alguna en su rostro, cuando F1 Racing lo había entrevistado anteriormente sobre un posible regreso. «Si algo surge que sea muy atractivo, estaría entre mis posibilidades involucrarme”.

Así lo dejó hasta que Liberty Media selló el acuerdo para comprar los derechos comerciales de la F1. Con esto destituyó a Bernie Ecclestone de sus funciones ejecutivas y reveló una nueva estructura de gestión conformada por tres personas. Cada uno de ellos es veterano en su respectivo campo de especialización, entre ellos Brawn con el cargo de director deportivo. Él sabe cuándo hablar, y cuándo callar, lo que observamos durante sus años de rodar las llantas alrededor de los reguladores del deporte. También lo hemos visto en nuestras (pocas) entrevistas con él. Ross dice la verdad, pero quizás no la dice completa.

F1 Racing: Hace un año, ¿sabías que estarías yendo a grandes premios desde un puesto oficial?

Ross Brawn: Definitivamente no. [Se dibuja una ligera sonrisa en sus labios]. Me interesaba lo que estaba pasando aquí, pero no podría mentir diciendo que hace un año pensaba que hoy estaría sentado en esta silla.

FR1: ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

RB: Creo que este lado del negocio es un aspecto en el que siempre estuve interesado. Confieso que tuve pláticas con algunos equipos para involucrarme con ellos, pero en realidad nunca me entusiasmó volver a ese trabajo. Pero este lado de las cosas me daba curiosidad, siempre pensé que algún día Bernie pasaría la batuta a alguien más o a otro grupo, entonces me mantuve cerca del negocio con esa idea en mente.

FR1: Tenemos entendido que el acercamiento inicial por parte de los directivos hacia ti fue como consultor.

RB: Sí.

FR1: ¿Cuándo?

RB: Creo que fue a mediados del año pasado. Al principio me dijeron “ayúdanos a obtener un entendimiento de la F1, porque nos interesa este negocio”. Liberty Media había estado involucrado de manera superficial en la F1 en una negociación anterior. Conocí a algunas de las personas involucradas –Chase [Carey, actual director y miembro de la junta directiva de Grupo Fórmula Uno] y otros más– y parecía una posibilidad seria. Entonces los ayudé en las etapas iniciales.

FR1: ¿Cuándo se volvieron reales las negociaciones para que te incorporaras como director deportivo?

RB: Creo que trabajé cuatro o cinco meses como consultor de Liberty, entonces fue desde que empecé. Obviamente primero hubo una transferencia de acciones [de CVC, los dueños anteriores, a Liberty], y a partir de ahí las cosas se empezaron a acomodar.
FR1: ¿Pusiste algunas condiciones?

RB: Francamente no hay condiciones. Lo que ellos dijeron fue: “Estamos muy emocionados con la F1; creemos que existe una oportunidad para que la nueva administración tome una dirección distinta. Queremos que seas parte de esto”. Por supuesto que existe un calendario, porque hay un acuerdo comercial post 2020 que tenemos que trabajar con los equipos y después con la FIA, y dar un nuevo comienzo hacia delante. Ambas cosas traen eventos por calendarizar, entonces mi ambición va más allá de esa fase. Vamos a ver qué sucede.

FR1: ¿Te puedes imaginar trabajando con Bernie?

RB: [Una expresión fugaz de diversión sale de su rostro]. Creo que habría sido muy divertido trabajar con Bernie. No era imposible, y Bernie ha hecho las cosas de forma muy efectiva, a su manera, a lo largo de los años. Pero nunca he visto a Bernie con ningún socio serio, especialmente en el aspecto de manejar el negocio. Ha tenido a gente que le ayude con el trabajo, pero no estoy seguro de que mi filosofía sobre cómo debemos avanzar se ajuste completamente a la suya. Bernie era muy hábil en el aspecto reactivo, pero yo soy lo contrario. Quiero tener un enfoque de planeación a largo plazo.

FR1: Hay un rumor que dice que tú pusiste la condición de que Bernie se fuera.

RB: Eso no es verdad. Me explico, yo no podría trabajar con Bernie pero nunca fijé esa condición.

FR1: ¿Podemos inferir de tu comentario sobre la F1 post 2020 que te ves en este puesto a los 70 años?

RB: Bueno, pues al final de este año tendré 63 años y todavía siento que tengo mucha energía. Y estoy contento de regresar a trabajar. No es tan intenso como los puestos que he tenido antes, porque no voy a estar tratando con pilotos enfadados o motores que explotan o ese tipo de crisis.

FR1: ¿Podría ser éste tu último puesto en F1?

RB: Creo que este lado del negocio es en definitiva mi última ambición de F1.

FR1: Parece que ha habido límites poco claros entre tus funciones y las de Chase y Sean Bratches [director de operaciones].

RB: Hay límites difusos en toda organización. Creo que es un error tener las funciones fijas para cada quien. Si las personas se acercan al trabajo de manera correcta, entonces las superposiciones se producen en términos de acceso y experiencia. Yo nunca tendría un problema con Sean o Chase diciéndoles, “¿por qué están haciendo esto y esto?” o “¿por qué tienen esta opinión?, ¿cuál es su razonamiento?” Tampoco tendría problema en pedirles consejo en lo que estoy haciendo porque tienen perspectivas muy interesantes de las cosas. En F1 podemos sobrepasar los límites en ese sentido. Es genial tener diferentes perspectivas.

FR1: Una de las líneas borrosas es la distribución injusta de los ingresos de F1, porque es un área comercial que afecta las carreras. ¿Te involucrarías en eso?

RB: Por supuesto. Los acuerdos y arreglos comerciales con los equipos son decisiones muy grandes. En conjunto discutimos el enfoque con el que los vamos a abordar para encontrar la mejor solución. Entonces eso definitivamente sería un tema en el que los tres tendríamos participación.

FR1: ¿También te involucrarías en los calendarios?

RB: Sí porque esa es una decisión de logística. Ya nos hemos reunido y hemos hablado de las carreras del año próximo. Desde mi perspectiva estoy ayudando a todos a entender qué se necesita del lado de las carreras, la gestión, los costos involucrados al movernos de un área a la otra, la presión de los equipos, cuándo debemos iniciar las carreras, cuándo debe ser la primera carrera y todo eso. Tenemos este límite de cuántas carreras podemos gestionar con la estructura actual entre los equipos, que creo es de 20 ó 21. Tal vez podemos agregar una más pero, en verdad, pienso que ese es el límite de los equipos con la infraestructura actual.

FR1: ¿Te sientes cómodo con el formato actual de las carreras en fines de semana?

RB: Creo que es algo que vamos a discutir con los equipos, la FIA, los promotores y medios, pero no es algo muy importante en nuestra agenda. Efectivamente, tuvimos un fin de semana muy corto en China –y podría decir que no afectó mucho a la carrera y hasta la ayudó–.

Pero, por ahora, nuestros contratos y acuerdos de emisiones son por eventos de tres días. No estamos planeando nada en este momento.

FR1: La cooperación entre la FIA, FOM y los equipos fue buena en China, donde las prácticas tuvieron que ser canceladas pues el helicóptero médico no podía volar por el mal tiempo. ¿Seguirá este tipo de trabajo conjunto?

RB: Nosotros apoyamos lo que pasó [la FIA persuadió a las autoridades chinas para mover una unidad de neurocirugía de vanguardia a un hospital más cercano], pero no me gustaría adjudicarme el crédito como catalizador. Espero que haya sido un buen ejemplo de la relación cooperativa que tenemos. Los problemas se comparten entre todos. Si no podemos correr, es problema de todos y hay que encontrar la solución en equipo.

Pero de ese fin de semana nos dimos cuenta que deberíamos revisar nuestra situación para hacer planes para el futuro, de manera que podamos anticipar esas situaciones. Entonces necesitamos un plan para el servicio médico y uno para los días en los que no podamos correr debido al clima u otros contratiempos. Cuando Lewis fue hacia el público para entretenerlos fue muy divertido, ¿podríamos hacer mucho más?

‘Hacer mucho más’ recae firmemente sobre nuestros hombros en términos de crear mayor contenido para los medios y nuestros aficionados. Vemos China como un recordatorio sobre lo que tenemos que mejorar.

FR1: Has experimentado gestiones anteriores, incluyendo a Jean Marie Balestre y Max Mosley como presidentes de la FIA, así como la administración de Bernie en FOM. ¿Piensas que el balance regulador entre la FIA, el titular de derechos comerciales y los equipos es óptimo?

RB: Es un balance muy bueno. Hay algunos fundamentos básicos que tenemos que respetar. Uno es que esto es un deporte y necesita alguien que lo regule de forma independiente, necesitas un policía que lo maneje. Los aficionados no siempre están de acuerdo con algunas decisiones, pero deben tener fe en que existe una entidad independiente que se encarga del deporte. Si pierdes eso, el deporte pierde integridad.

La FIA lleva a cabo funciones vitales en términos de darnos, y a los aficionados, la confianza de que el deporte es gestionado de la manera más justa posible para todos los participantes. Yo creo firmemente que eso es esencial. También pienso que en términos de desarrollar las reglas, haya un equilibrio entre lo que constituye los requerimientos del titular de derechos comerciales, (quien representa a los medios, promotores y aficionados), de los equipos y del órgano regulador.

Si no lo hubiera, nosotros vamos a pelear desde nuestra trinchera para que en el futuro haya algo más fuerte de lo que tal vez se ha hecho hasta ahora. Esto no quiere decir que en la administración anterior [la de Ecclestone] no se hubieran preocupado por eso, pero era un poco intermitente. Ellos llegaron en tiempos de crisis, mientras que nosotros queremos ser parte de un proceso continuo para mejorar.

Nosotros creemos que tenemos un papel que jugar y que tenemos derecho a involucrarnos en diseñar las relaciones futuras. Pero, al final esa no es nuestra responsabilidad; eso le corresponde a la FIA, porque ellos son el órgano regulador. Pero ya existen controles y medidas para asegurar que nada pase como lo que nos tocó en la era Balestre. La FIA tiene una administración buena y responsable en este momento, y yo les tengo fe, pero necesitamos un proceso en el que cualquiera que sea el presidente de la FIA continuemos teniendo un sistema bueno.

FR1: ¿Cuál es tu fórmula ideal post-2020?

RB: Bueno, creo que puedo describir nuestro objetivo de manera muy simple. Fundamentalmente, lo que queremos hacer es reducir la diferencia entre nuestros equipos competitivos. No puedo legislar para alguien que es totalmente incompetente, no deberíamos tener un sistema en el que a alguien incompetente le vaya bien, porque esa no es la base de F1.

Deberíamos tener la ambición de acortar el desempeño diferencial entre los equipos competentes. Acortar la brecha entre ellos es de un desafío tanto técnico como económico. Sin embargo, tenemos que enfocarnos en distintos frentes –reducir las diferencias entre los equipos y hacer más competitivos a los autos– eso es lo que me gustaría lograr.

FR1: ¿Pero estás abierto a distintas opciones para llegar a esa propósito?

RB: Sí, tengo algunas ideas, pero en esta etapa siguen en bruto y no tienen suficientes fundamentos para volverse un argumento convincente. Lo que estoy haciendo ahora es juntar a un equipo de gente que pueda expandir esas ideas o crear nuevas y llegar a negociar con el respaldo de un material adecuado de por qué pueden funcionar.