La XC90 de segunda generación muestra aspecto, plataforma, electrónica y motores de Volvo nuevos, los cuales se extenderán a toda su gama en el próximo par de años. Una persona clave involucrada en la SUV emblema de Volvo es Renni Nobellus, vicepresidente de lo que Volvo llama Vehicle Line 90, que cubre la XC90 nueva y los reemplazos futuros para la S80, V70 y XC70: “Cuando Ford decidió vender Volvo, nos sentamos en 2008 y comenzamos a trabajar en una plataforma nueva. Revisamos componentes de los autos rivales y vimos muy de cerca por qué
otros fabricantes hacían lo que hacían. Necesitábamos encontrar
el propio ADN de Volvo. Decidimos que necesitábamos una plataforma que acomodara nueve modelos (de la serie 60 para arriba) y que se beneficiara de ser construida a gran escala. Decidimos concentrarnos en tres áreas (comunes): la arquitectura eléctrica, el diseño de la bahía del motor y el manejo de la dinámica”.

Los parámetros fueron desarrollados al mismo tiempo que Volvo repensaba su filosofía de motor y transmisión. Al cambiar a un solo motor cuatro cilindros –al que se le podían agregar turbo y súper cargadores en diversas combinaciones– el diseño de la bahía del motor sería muy similar en los nuevos modelos basados en lo que se convertiría en la plataforma SPA. El trabajo empezó correctamente en 2010 para el reemplazo de la XC90, que se convirtió en el primer modelo nuevo en la plataforma SPA.

Nobellus apunta que Volvo
 ha estado utilizando motores de diversas procedencias –Ford, PSA Peugeot-Citroën y los propios– que requieren diferentes sistemas 
de montura, escapes y líneas 
de producción. Asegura que la nueva estrategia de motor común mejorará la calidad y simplificará la producción.

Para cumplir con los requisitos de manejo dinámico, Volvo está usando suspensión frontal de doble brazo por primera vez. Atrás, el eje base multienlace utiliza resortes
 de hoja compuestos, ligeros y simples, pero que siguen ofreciendo amortiguación independiente para cada rueda trasera.

La arquitectura eléctrica está diseñada para “saltarse un paso” y permite eliminar todos los interruptores y palancas 
en la cabina. Volvo ha evitado utilizar un controlador al estilo del iDrive de BMW y casi a todas las funciones se accede por una gran pantalla táctil, incluyendo, por ejemplo, el ajuste eléctrico de los asientos. La arquitectura eléctrica está diseñada para ser mejorada fácil y rápidamente para avances futuros y comunicación auto con auto.