James Anthony Wharton, de Australia, fue el ganador de la edición inaugural de las Finales Mundiales de Scouting organizadas por la Academia de Pilotos de Ferrari (FDA).
El juvenil de 14 años de edad se destacó en el campamento de evaluación que se llevó a cabo en la sede de la casa italiana, en octubre.
En ésta participaron seis jóvenes de todo el mundo, que fueron seleccionados por las organizaciones que trabajan junto a Ferrari en el seguimiento de prospectos, incluyendo Escudería Telmex para América Latina, y Motorsport Australia, de la región Asia-Pacífico, de donde se eligió a Wharton.
«Estoy muy feliz de haber sido seleccionado como el mejor candidato del Campamento, porque es una recompensa por todo el esfuerzo que mi familia y yo siempre hemos puesto en mi sueño de convertirme en un piloto de carreras profesional», dijo.
«El programa de la Academia parece muy interesante y estoy seguro de que es el camino ideal para progresar».
Wharton, nacido el 8 de julio de 2006 en Bundoora, Victoria, tiene el automovilismo en la sangre, dado que su padre también solía correr en kartismo. Cuando tenía dos años y medio, probó por primera vez un go-kart, una experiencia que aún recuerda, diciendo que «fue uno de los mejores días de su vida».
Él reconoce poseer una determinación férrea, lo cual hace que sea un punto de honor cumplir sus promesas y ser fiel a su palabra y ser un jugador de equipo.
No obstante, reconoce que su estilo de manejo es metódico, basado en el estudio y la preparación, no en el instinto. Su número favorito es el 13 y su piloto favorito es su compatriota Daniel Ricciardo.
A Wharton se le avisó de su victoria cuando ya estaba de vuelta en casa en Australia mediante una videollamada, en la que se comunicó con Marco Matassa, Director de la Academia, y el director deportivo de Scuderia Ferrari, Laurent Mekies.
Ahora se le ofrecerá un programa de entrenamiento con miras a competir en la Fórmula 4; sin embargo, tendrá tiempo para prepararse, porque la edad mínima para competir en la categoría es 15 años.
«James Wharton nos impresionó de muchas formas. Tiene una velocidad natural considerable y la combina con la capacidad de escuchar y poner en práctica los consejos que se le dan. Lo vimos en Fiorano por la forma en que manejó tanto en seco como en mojado», explicó Matassa.
«Su actitud equilibrada y positiva, su habilidad como jugador de equipo y su carácter alegre lo hacen particularmente apto para el deporte motor, que requiere un piloto para rendir en pista pero también para poder comunicarse con el equipo para ayudarlos en su trabajo».
«Ser capaz de expresar el sentimiento del coche en palabras no es un asunto fácil y James demostró ser experto en ello. También es educado, respetuoso y humilde; valores que encajan bien con los de la Academia».