El Acura ILX A-Spec es el escalón de entrada a la gama premium de Honda y, de hecho, está basado en el Civic; sinergias que aplican absolutamente todos los grupos automotores del planeta. Sin embargo, no es un Civic, es algo más.
Diseño
Estéticamente luce más agresivo y refinado que su pariente gracias a la trompa liderada por los faros jewel eye”, la parrilla enorme y afilada y en la parte posterior unas calaveras que nos recuerdan bastante al mismísimo NSX; a fin de cuentas son parientes.
Por cierto, hablando de diseño, el ILX no es precisamente el Acura más nuevo, pues nació en 2012, tuvo una actualización en 2016 y una más reciente apenas el año pasado, la que justamente añade ese trasero muy aspiracional que cambia el portaplacas de la tapa de la cajuela a la defensa y estrena calaveras tipo NSX.
Manejo
Se maneja bien. Se siente ligero y preciso, y elementos como la suspensión o la dirección se notan bien trabajados. No obstante, tiene un “pero” que no alcanzamos a comprender: está construido sobre la plataforma del Civic de novena generación, es decir, sobre la plataforma “vieja”, ya que el compacto de Honda va en la décima (y de salida).
Así las cosas, un Civic tiene más refinamiento y precisión a la hora de enfrentar una carretera de curvas lentas, pisa mejor, balancea menos y la dirección es casi perfecta. No es que el Acura ILX lo haga mal, pero su hermano “barato” no debería ser mecánicamente mejor.
Aunque el ILX no decepciona, su motor atmosférico de 2.4 litros y 201 caballos empuja con decisión hasta las 7,000 rpm, sacando lo mejor de sí gracias a una caja de doble embrague que funciona mil veces mejor que la CVT del Civic; en el tren motor no hay quejas.
Comodidad
Por su parte, el interior se aprecia bien hecho, con materiales y ensambles correctos que están mucho más cerca a lo visto en un Honda que a los de un premium alemán del mismo segmento. Hay piel, sistema de infotenimiento con pantallas táctiles, climatizador, iluminación LED, entre muchos otros, aunque igual se nota la edad.
No se percibe tan tecnológico como cabría esperar de un auto de la familia premium de Honda, y luego está el precio: $600,000 MXN. Por menos se tiene acceso a un Audi A3 de 190 caballos que, pese a que también es veterano, se puede considerar un producto mejor que el ILX, y ni hablar de modelos más nuevos que se llevan de calle al Acura por el mismo precio, como el BMW Serie 1 o el Mercedes-Benz Clase A (ambos sedanes).
El Acura ILX apuesta por confiabilidad mecánica, diseño y equipamiento; sin embargo, en tecnología, manejo y modernidad está ampliamente rebasado por sus rivales.
Por Víctor Ortiz