El Ferrari Roma es el miembro más joven de la familia de Maranello y también uno de los más guapos. De hecho, muchas casas de diseño europeas lo catalogan como el Ferrari más bello y elegante de los últimos años. Estamos de acuerdo, pues si bien en gustos se rompen géneros, el Roma es una escultura móvil desde cualquier ángulo en que se le mire.
ADN Ferrari
El ADN Ferrari está presente en todos lados, el frente toma cierta inspiración del SF90 Stradale espectacular y el costado del 812 Superfast; sin embargo, la figura en general nos remite al 250 GT Lusso de principios de los sesenta, un Gran Turismo elegante y aerodinámico diseñado por Pininfarina. Pareciera que el Roma nació en un estudio del estilo pero no, es un diseño interno de Ferrari.
Entrando en materia, cobra vida gracias a un motor delantero de más de 600 caballos, mide 4.66 metros de longitud y tiene una configuración 2+2, aunque las plazas posteriores son muy pequeñas.
Motor
El corazón del Ferrari Roma es un V8, tiene un desplazamiento de 3.9 litros y va sobrealimentado por dos turbos gemelos. Es un propulsor muy similar al de otros miembros de la familia, como el F8 o el 488, pero estrictamente hablando el más parecido es el que lleva el Portofino, del cual el Roma es considerado una evolución.
No obstante, la marca dice que este motor es único, ya que tiene componentes nuevos, como los perfiles de las levas, un sensor de velocidad del turbo que gira 5,000 rpm más rápido y un filtro de partículas para cumplir con las normas anticontaminantes europeas, asimismo entrega 620 caballos de potencia máxima entre 5,750 y 7,500 rpm.
Prestaciones
Con esta maravilla de la ingeniería bajo el cofre, Ferrari anuncia prestaciones de grandes ligas: una aceleración de 0 a 100 kph en 3.4 segundos, de 0 a 200 en 9.3s y una máxima que supera los 330 kph; nada mal para un Gran Turismo. En báscula marca un registro de 1,645 kg, un dato muy acorde a los deportivos de su potencia y tamaño. La transmisión es automática de embrague doble (DCT) y viene con ocho cambios, la misma que usa el SF90; la del Portofino sólo tiene siete velocidades y es 6 kg más pesada que la primera aun cuando tiene una marcha menos.
Los embragues son húmedos, el aceite es de viscosidad baja y tiene cárter seco. La tracción es a las ruedas traseras, tiene llantas de 20 pulgadas –con una pisada trasera de 285 mm– y frenos carbonocerámicos como equipamiento de serie.
Aerodinámica
Presenta aerodinámica activa, ya que el alerón trasero es móvil y cuenta con tres posiciones. La inferior, oculto por completo al ras de la carrocería, es la que adopta a menos de 100 kph. Le sigue una intermedia que genera un 30% de carga aerodinámica con un aumento de la resistencia inferior al 1%; esta posición se activa a más de 200 kph.
Y la superior que forma un ángulo de 135° con la carrocería, produce 95 kg de carga y aumenta la resistencia un 4%; entre otras ocasiones, se usa durante las frenadas a máxima exigencia como las que ocurren, por ejemplo, en un día de manejo en pista.
El funcionamiento del alerón también depende del modo de conducción seleccionado con el Manettino famoso. Este control giratorio tiene cinco posiciones: Wet, Comfort, Sport, Race y ESC-Off, y gestiona el funcionamiento del sistema de impulsión y los controles que gobiernan las reacciones del coche (E-Diff, F1-Trac, SCM-E Frs y Ferrari Dynamic Enhancer).
Como buen superauto moderno, el Ferrari Roma ofrece asistencias a la conducción como control de crucero con radar, frenado de emergencia, aviso por cambio involuntario de carril, monitor de punto ciego, alerta de tránsito cruzado, sistema de cámaras 360° y otros. Además tiene un sistema de faros matriciales LED inteligentes, pues oscurece las zonas en las que hay otros vehículos y proporciona la cantidad máxima de luz en el resto.
Interiores
El interior está claramente dividido por una consola central grande y alta en la que destaca una pantalla vertical enorme desde la que se controla el sistema de infotenimiento y otras funciones del auto. Tras el volante hay otra pantalla que hace las veces de cuadro de instrumentos y frente al copiloto se puede pedir adicionalmente una tercera que sirve para que el pasajero se informe (como la velocidad) o gestione el sistema multimedia.
Obvio todo está cubierto por materiales de calidad exquisita: piel, acero, aluminio y fibra de carbono… todo lo que tocan las manos es impoluto y los enrases son perfectos. Una pieza de ingeniería que se vuelve un clásico instantáneo, un objeto del deseo que muchos quisiéramos coleccionar. Es un GT que pone en alto el nombre de la marca y que, sin ser su buque insignia, estamos seguros que los mismísimos Enzo Ferrari y Battista “Pinin” Farina lo aprobarían con la calificación máxima.
Por Víctor Ortiz