La historia mágica y ultra exitosa de Corvette Racing en las competencias de IMSA-SCC tomará un giro nuevo en 2020, con la introducción del modelo C8.R con motor central.
Pero antes, este fin de semana llega la despedida del preciado C7.R, en la última fecha de la temporada, las «10 Horas de Petit Le Mans». El coche, que se estrenó en 2014, extendió el legado ganador del programa que comenzó hace 20 años y que incluyó victorias en los eventos principales de resistencia en todo el mundo.
Su punto culminante fueron los tres últimos campeonatos del Campeonato WeatherTech, en la categoría GT Le Mans (GTLM). Aunque los involucrados están ansiosos por los horizontes nuevos y desafíos del C8.R, esos pensamientos son moderados al ver que el legado del C7.R está llegando a su conclusión.
«Definitivamente es agridulce», admitió Ben Johnson, gerente del equipo Corvette que tendrá a Jan Magnussen, Antonio García y Mike Rockenfeller en el auto No. 3, y a Oliver Gavin, Tommy Milner y Marcel Fassler en el No. 4, para este sábado en Road Atlanta.
«Todos miran hacia el futuro y estamos entusiasmados con el C8.R y cuán revolucionario es ese diseño, y todas las oportunidades que ofrece para ponernos en un lugar competitivo. Pero en última instancia, el C7 y esa arquitectura de motor frontal y tracción trasera han tenido tanto éxito, comenzando con el C5 hasta ahora. Eso hace que sea triste verlo irse”.
El C7.R fue desarrollado en conjunto con el Chevrolet Corvette C7 Z06, creando un enlace directo de la pista de carreras a las calles. Los vehículos comparten arquitectura de carrocería, que incluye un marco de aluminio y tecnologías de motor y aerodinámica.
Esta conexión hizo una propuesta ganadora, con 16 victorias en IMSA desde 2014, incluidas las dos consecutivas en las «24 Horas de Daytona» (2015 y 2016), junto con un triunfo de clase en las «24 Horas de Le Mans» del WEC, en 2015.
Tan orgullosos como lo están de los logros icónicos, son los tres títulos de IMSA GTLM en sucesión y los campeonatos de equipo los que brindan una satisfacción más duradera. Siendo piloto de Corvette desde 2002, Gavin, de 47 años, dijo que el «triplete» obtenido ante la competencia intensa cimentó el legado del C7.R.
«La categoría GTLM ha sido una especie de marca de agua durante los últimos años, y para nosotros, poder salir con esos tres campeonatos en fila, creo que es un testimonio verdadero del auto, el equipo, todo el personal, todos los que han estado detrás de este auto», explicó.
«Todo se remonta a la carrocería base que obtenemos de los muchachos (que desarrollan) del auto de calle. Nos sentaron las bases para tener un auto de carreras tan grandioso”.
No habrá un cuarto título más para Corvette en 2019. Ambos autos han sido eliminados de la competencia antes de la maratón de 10 horas del sábado, aunque el No. 3 está a solo tres puntos del segundo en la clasificación general.
El programa también está en peligro de quedarse sin llegar a lo más alto del podio por vez primera, en una temporada de IMSA, desde su debut en 1999. Además de eso, un Corvette no ha ganado en el Road Atlanta desde 2010.
Pero eso no ha frenado a los involucrados en el esfuerzo de despedir al C7.R con otra victoria distintiva. Esto se sumaría a la tradición del programa, ya que también sería el 100° éxito del Corvette en IMSA. El guion parece estar configurado, solo las líneas finales necesitan ser escritas.
«Sabemos que queda uno más, sabemos que hay una carrera grande en Petit Le Mans», indicó Gavin. “Sería genial obtener la victoria número 100 en IMSA allí el fin de semana próximo. Vamos a dar absolutamente todo. Ha habido mucha preparación, ha habido trabajo de simulador, todo tipo de cosas detrás de escena para asegurarnos de que estamos listos para comenzar.
«(Ganar) sería extra, extra especial».
El C7.R fue sucesor del C5-R (1999-2004) y del C6.R (2005-2013).