FOTO: Steve Etherington/Mercedes AMG F1 Team

A diferencia del Gran Premio de México, el festejo de Lewis Hamilton con los miembros de Mercedes AMG fue explosivo en su totalidad. Después de todo, una vez más, el objetivo de conseguir los Mundiales de Pilotos y Constructores se consiguió.

Pese a que en las últimas tres competencias no fueron el equipo más dominante ni tuvieron el auto más rápido, el británico finalmente estalló en júbilo con sus ingenieros al bajarse del auto tras ganar en Interlagos, concretando un dominio de cinco años seguidos, o a lo largo de toda la era de los motores V6 turbo, en la Fórmula 1.

«No sentí realmente la celebración ahí (en México) porque sabía que aún teníamos otro campeonato por ganar y necesitaba mantenerme enfocado por el equipo, realmente llegó a construirse aquí», explicó. «Había que estar enfocados para asegurarnos que podía entregárselos. Naturalmente el deseo de querer ganar es tan alto para todos y hay mucho en juego».

«Así que venir y ver a mis chicos que han estado en este gran camino y con los que hemos tenido mucho éxito pero aún permaneciendo feroces y competitivos, y creo que nuestra relación es mejor que lo que ha sido. Así que ese enlace, fue un gran, gran momento, además de que fue una carrera muy dura».

Tan complicada que, de acuerdo con Toto Wolff, la unidad de potencia completó el GP brasileño con mucha fortuna, ya que a pesar de que sus sistemas indicaban que había un problema terminal en el escape de su unidad de potencia, el trabajo de sus ingenieros le permitieron dar las instrucciones a Hamilton para continuar e, incluso, establecer un ritmo veloz cuando recuperó el liderato ante el incidente de Max Verstappen.

«Solo me mantuve enfocado en intentar hacer un poco más de levantar e ir en crucero, un poco menos de carga completa de aceleración, incluso una parte de carga de acelerador, para asegurarnos de ir tan fácil como pudiera con el motor mientras hacía el trabajo», dijo Hamilton-

«Constantemente iba hablándole al auto: ‘¡Vamos, continúa, continúa!’, porque teníamos ese problema de motor y sabía que podía ver a Max en mis espejos, así que hacía vueltas de calificación en cada vuelta para mantenerlo detrás, lo cual es como debería ser».

El triunfo de Hamilton junto con el quinto lugar de Valtteri Bottas le permitieron a Mercedes asegurar su quinta copa de equipos consecutiva, siendo la racha más extensa desde las siete que Ferrari consiguió de 1999 a 2004.