Pocas veces se le ha visto a Lewis Hamilton con más humildad que alegría por ganar un Gran Premio de Fórmula 1.
El contexto fue comprensible: una vez más, no tuvo un auto para acercarse a la batalla entre Valtteri Bottas y Sebastian Vettel, pero sus rivales, por razones distintas, dejaron escapar la victoria en Azerbaiyán. Además, a diferencia del pasado, fue muy empático con su coequipero de Mercedes AMG, al grado de no compartir la efusividad que lo caracteriza a la hora de la ceremonia de entrega de trofeos.
“Esta es una lotería de carrera, y si usas o no ‘regalada’ como palabra, no sé si la usaría, pero fue una carrera afortunada para mí”, comentó.
“Estaba de pie en el podium creyendo que Valtteri debió haber estado ahí, porque sentí que él se la ganó. Definitivamente es diferente porque sientes que alguien más debió ganársela ese día».
El británico, quien no había abierto su cuenta de triunfos en el campeonato, reconoció que tal como pasó en Bahrein y China, el rendimiento de su monoplaza no fue el ideal, argumentando que sus rivales en Ferrari continúan un paso adelante en este rubro, a pesar de que Bakú fue una de las pistas más complicadas, en términos de balancear adecuadamente los autos.
Por ello, espera que este triunfo sea un aliciente rumbo a las próximas competencias, comenzando por Barcelona, un lugar que por lo general es un punto de referencia para medir la performance de los coches.
“Si tú los ves (a Ferrari), ellos tuvieron un poco de más downforce este fin de semana, y aún así ellos fueron un poco más lentos en las rectas, pero más rápidos a través de todas las curvas. El sector medio fue siempre de tres décimas adelante, tres o cuatro décimas arriba, lo cual no pudimos alcanzar, así que diría que su paquete realmente se adaptó a esta pista perfectamente».
“No creo que estemos bajo cualquier ilusión de que tengamos el auto más rápido o que no tengamos trabajo por hacer. Lo sabemos. Todos están trabajando tan fuerte como pueden, pero tenemos que seguir empujando”.
La combinación de resultados le dio a Hamilton el liderato general por primera vez en el año, aunque con diferencia de cuatro puntos sobre Vettel.