CARLOS SAINZ, EL RALLISTA
El hombre que puso a España en el mapa del rallismo internacional y que en su momento tenía el récord de triunfos en el Mundial con 26. Empezó a correr a los 18 años de edad con un auto propio y un manejo limpio que pronto llamó la atención por poner el auto mucho más adelante de lo que debía, dadas sus características de independiente.
Para 1987 ya era campeón de España de rallies, título que repetiría al año siguiente, y debutó en el Mundial como independiente. En 1989 se hizo tercer piloto de la escuadra Toyota y en 1990 consiguió su primer título mundial, repitió en 1992. Siempre lo acompañó Luis Moyá como navegante.
Seguirían muchas campañas con Toyota, Ford y Lancia. En 1998 regresa a Toyota y pierde el título en la fecha final, en la etapa final, al volar su motor a 500 metros de la meta cuando ya su equipo celebraba. Volvió a Ford y terminó su carrera en CItroën. Al salir del WRC empezó a correr en rallies tipo raid, como el Dakar que ganó en 2010 con VW. Estuvo cerca de un segundo triunfo en 2016 con Peugeot cuando una rotura en la caja lo forzó a abandonar en la décima etapa, que lideraba. Sigue siendo considerado uno de los grandes pilotos de la historia en el rallismo, además de ser impulsor de talentos jóvenes. Ahora se le ve frecuentemente en la F1, reservado y digno, apoyando a su hijo, que labra una carrera propia en monoplazas.
CARLOS SAINZ II, EL FORMULERO
Pese a su obvia tendencia a ir hacia los rallies, Carlos empezó en el kartismo y fue reclutado rápidamente por la escuadra juvenil de Red Bull para enfocarlo hacia los monoplazas, en los que debutó a los 15 años en la Fórmula BMW. Su progresión fue rápida, cinco años en monoplazas logrando títulos en Fórmula Renault 2.0 y en Formula Renault 3.5 y victorias en FBMW y F3. Con su título de 2014 en la FR3.5, donde implantó récord de victorias, fue promovido al equipo satélite de RBR, la Scuderia Toro Rosso, junto a Max Verstappen, y quedó 9-10 en calificación frente a su coequipero, aunque en carrera tuvo muchos retiros por falla mecánica. En 2016 repitieron como compañeros hasta que el holandés fue promovido a la escuadra grande y todos en STR respiraron aliviados, pues había vuelto insostenible la situación en Faenza con su oscurantismo en materia de información y formación de un equipo propio dentro de la escuadra italiana.
Sainz es apreciado por su velocidad y reflejos, y la escuadra italiana lo ha refirmado para 2017, con miras en retenerlo mientras se abre un asiento en la hermana mayor en 2018. Es un piloto bien dotado técnicamente, y un formador de equipo, no un lobo solitario. Varias escuadras más lo tienen en la mira si RBR no lo aprecia lo suficiente. Igualar la carrera de su padre sería un logro, algo posible dado su talento y juventud.
