COMO VIENE DICIENDO NUESTRO EDITOR DE RALLISMO DESDE HACE TRES CAMPAÑAS, QUITARLE EL SITIO DE HONOR A SEBASTIEN Y SU POLO SERÁ “UNA MISIÓN IMPOSIBLE”, Y EN 2016 NADA VARIARÁ.

El Mundial de Rallies (WRC) tendrá reglas nuevas en 2017 y llegará Toyota, más un auto nuevo de Citroën, y muchos cambios, pero en el corto plazo, o sea la campaña 2016, las cosas no van a cambiar y estaremos hablando del cuarto título al hilo de Ogier y su Polo, y el decimotercero para un rallista llamado Sebastien y francés de nacionalidad. ¿Necesitan algo que refresque el campeonato? Pues esperen a 2017 porque en esta temporada tendremos más de lo mismo, excelencia gala en el manejo y tecnología alemana en las máquinas, combinación excelsa que ha llevado al Campeonato Mundial de Rallies (WRC) a su periodo de dominio más brutal  estadísticamente hablando– en la historia. Dicen que siempre es más negra la noche antes del amanecer y eso se aplica al WRC.

VW: TETRACAMPEÓN

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El equipo Volkswagen con su Polo R lleva 34 victorias en los últimos tres años (87.2%) y 25 de ellas y los tres títulos han sido cortesía de su volante estelar y tricampeón, Sebastien Ogier; su coequipero principal es el finlandés Jari Matti Latvala con 8 triunfos y el restante es del noruego Andreas Mikkelsen, quien finalmente ganó por primera vez en la campaña pasada y retó a Latvala por el subcampeonato.

Ogier debe retener su título con facilidad pues es muy superior a sus coequiperos nórdicos, pues Latvala nunca ha podido ser un número uno y Mikkelsen todavía no tiene nivel suficiente.

Su montura seguirá siendo el Polo R, también tricampeón desde su debut en 2013, y el auto más probado en las rutas que existe actualmente. Una combinación invencible, al menos en el corto plazo. Quizás la única debilidad será la salida de su jefe deportivo Jost Capito, quien se fue a dirigir los destinos de McLaren en F1, pero deja la máquina bien aceitada para continuar con la inercia triunfadora. En suma, tetracampeonato para Ogier y el Polo, por algo los apostadores dan 1 a 1 para Seb.

HYUNDAI: HORA DE RETAR

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La firma Hyundai entró al WRC en 2014 y tuvo un año brillante, que debió ser mejor en 2015, pero resultó frustrante por la baja en desempeño de sus pilotos, quizás atribuible al auto que no resultó tan bueno con las mejoras entre campañas. La victoria de 2014 no se repitió en 2015 y el equipo se fue al tercer sitio, perdiendo el subcampeonato de la campaña anterior.

Para 2016 conserva al belga Thierry Neuville, pero ahora tiene la competencia del español Dani Sordo, quien mostró mucha velocidad en todo tipo de terreno; la cuestión se complicó aún más con la aparición del neocelandés Hayden Paddon, quien obtuvo un podio en Cerdeña por delante de Neuville y mostró que es una estrella del futuro muy cercano. Y tienen como cuarto volante al holandés Kevin Abbring para irlo desarrollando para el futuro pues Paddon ya es una realidad.

El equipo sudcoreano espera haber corregido los errores de desarrollo del i20 en 2015 para poder permitirle a su piloto estar en la pelea y aunque el subcampeonato está asegurado por los programas parciales de sus rivales de Citroën y M-Sport, lo que buscan es abollarle la corona a los de VW y pelear en serio. Se ve difícil, el auto no está al nivel del Polo, pero con cierta suerte y en las condiciones correctas una victoria es probable, pero para aspirar a más necesitan algo mejor que el i20.

FORD: SEMIOFICIAL TODAVÍA

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Desde 2014 los Fiesta del equipo M-Sport han sido autos semioficiales con poco apoyo de Ford. Ellos sobreviven porque venden muchos autos a pilotos y equipos privados, pues tienen buen nivel aunque ganar a nivel WRC es improbable, quizás imposible dado el nivel competitivo de los Polo.

El equipo tiene problemas monetarios y aunque recuperó al noruego Mads Ostberg, ex Citroën, apenas pudo retener al galés Elfyn Evans, cuya familia tiene agencias Ford y apoyará con los gastos en algunos rallies selectos, que podrían ampliarse o reducirse dependiendo de la situación financiera en el transcurso de la campaña. El segundo piloto será el galo Eric Camilli, una elección sorpresiva que parece una apuesta a largo plazo pues el galo apenas quedó décimo en el WRC2 el año pasado. Su tercer piloto, sólo para la apertura en Mónaco, es Robert Kubica, el talentoso polaco que debe estar por regresar a las pistas en donde aparentemente tiene más posibilidades de encontrar patrocinio. Un equipo satélite será el de la llantera DMACK que usará al ex piloto de M-Sport, el estonio Ott Tanak como volante. Otro será el checo del equipo Jipocar, Martin Prokop, quien busca su primer podio todavía y ha quedado entre los 11 mejores en los últimos tres años.

El dueño de M-Sport, Malcolm Wilson, sigue apoyando el deporte pese a las dificultades de no tener une quipo oficial, y el desarrollo del Fiesta es bueno, son confiables y rápidos con la mejor relación resultados por dinero en el mercado. Pero no son ganadores a nivel máximo del WRC y obtendrán algún podio sólo si los equipos oficiales fallan.

CITROËN: AÑO DE RECESO

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Desde que VW los derrotó tras la salida de Sebastien Loeb del rallismo de tiempo completo en 2013 la firma francesa ha ganado una sola vez –Meeke en Argentina 2015– y como en 2017 viene un auto nuevo con reglas nuevas, los galos han decidido correr selectivamente en 2016 y prepararse para 2017.

Para preparar el auto nuevo retiene a Meeke y suben al campeón mundial junior y WRC3, el francés Stephane Lefebvre, quien esperan sea el Loeb (o de menos el Ogier) nuevo. Ellos correrán con autos DS3 de equipos privados con patrocinio katarí –cortesía de Khalid al Qassimi, quien correrá un programa parcial igual que el irlandés Craig Breen– en un calendario selecto escogiendo los rallies en donde pueden tener más opciones mientras desarrollan el auto para 2017. No van a ganar, pero este año es de pausa y regresarán más preparados en 2017. Algún podio sería una buena recompensa para su campaña.