Tendrá carrocería de aleación • Usará motores menores
Jeep explora un futuro de ingeniería de alta tecnología para la próxima Wrangler con una carrocería de aleación y motores turbocargados de menor cilindrada. Ese cambio abriría un liderazgo técnico significativo sobre la rival Defender de Land Rover. El plan fue divulgado por Sergio Marchionne, presidente del consejo de Fiat Chrysler Automobiles (FAC), propietarios de Jeep, quien citó la maniobra de Ford de un chasis de aluminio que ahorra peso en su camioneta F150.
“Las pláticas para cambiar de acero a aluminio en la Wrangler están ocurriendo ahora”, dijo Marchionne. El plan se centra alrededor de los trenes motrices modernos que, según Marchionne, “requieren un repensar completo de la arquitectura”. Marchionne también dijo que Jeep quiere “modernizar la Wrangler preservando todas sus capacidades”. Enlistó “mejoras significativas” en el interior y en la forma de manejo como objetivos.
Las Wranglers en Estados Unidos se venden con motor V6 de 3.6 litros. Las europeas tienen un diésel de cuatro cilindros y 2.8 litros con economía de 14.5 kpl. Éstos podrían ser reemplazados fácilmente por motores turbo o biturbo de gasolina y diésel con 2.0 litros para generar más potencia y torque y ofrecer más desempeño, mejor consumo y emisiones menores gracias a su carrocería más ligera.
Marchionne no confirmó si la Wrangler desecharía su construcción de carrocería sobre marco, pero es muy probable, porque dijo que la actual planta de Jeep en Ohio no sería capaz de construir la nueva Wrangler; es razonable estimar que la nueva Wrangler podría ahorrar hasta 400 kg, reduciendo el peso muerto de un modelo cinco puertas hasta 1,800 kg. Ese cambio pondría presión en Land Rover para hacer lo mismo con su nueva Defender, que estaría en el mercado en un momento similar a la nueva Wrangler, 2017 o 2018.
Así como la Defender define los valores de la marca Land Rover, también lo hace la Wrangler para Jeep, que estableció la medida “Probado en Vereda”. Cualquier Jeep “Probado en Vereda” debe pasar rigurosas pruebas en tercería, particularmente en la vereda Rubicon: 27 kilómetros de rocas, cruces de ríos, y pendientes empinadas en la Sierra Nevada. JULIAN RENDELL