Sigue siendo fuente de constante asombro que algunos en GB no hayan acogido a Sebastian Vettel. No sólo es un gran piloto, sino que es alguien que aprecia la historia del deporte y reconoce que, como campeón mundial, es un embajador de las carreras de gran premio. Como lo demostró el domingo en los premios AUTOSPORT, si perdiera su asiento en Red Bull, podría hacerla de comediante como segunda opción.
Que los pilotos de hoy son aburridos y sin carácter es un lamento común. A la vez que es cierto que los pilotos modernos, propensos a las relaciones públicas, son cuidadosos con lo que dicen, Vettel comprueba que hay más profundidad de la que algunos imaginan en un piloto del siglo 21. No es el único, pero actualmente está en la cima suficientemente relajado para ser ese entretenido amante de la comedia británica.
A pesar de las teorías de la conspiración y las sugerencias que Red Bull de alguna manera le da una ventaja mágica en ritmo sobre Mark Webber, sin olvidar los intentos por catalogarlo como una especie de villano de opereta hijo de Schumacher, Vettel es neto, un héroe del siglo 21 que ya ha recorrido algún trecho para convertirse en el piloto determinante de esta era.
Así que, la próxima vez que maldigan el éxito de Vettel, o que lo vean como el chico malo, deténganse y piensen por qué es la neta dentro y fuera de la pista, y puede que por mucho tiempo no veamos a otro piloto reivindicar su papel dominante en forma tan profesional.
Frase de la semana
“Fue una decisión difícil por que los domingos es cuando los alemanes lavan sus coches”
Sebastian Vettel, hablando sobre su decisión de asistir a los premios AUTOSPORT. Muestra de su maestría en el sentido del humor británico.