EL PRIMER CAMPEÓN MUNDIAL DE ESCOCIA, FUE TAMBIÉN CONSIDERADO EL MEJOR DE S U ÉPOCA Y TAN GRANDE COMO FANGIO EN SU MOMENTO, COMO RECUERDA NUESTRO CORRESPONSAL BELGA, CHRIS VAN DE WIELE

En las discusiones sobre el mejor piloto sale a relucir el nombre del ‘Escocés Volador’, Jim Clark, bicampeón de F1 y dominador de la categoría entre 1962 y 1968 con 25 triunfos en 72 carreras, además de 28 VRs y 33 PPs, récords todos hasta su muerte. Era como tener la velocidad de Senna en carrera y calificación junto con la estrategia y la velocidad de carrera de Prost. Así de bueno. Y todavía conserva el récord de grand slams (PP+ triunfo + VR + todas las vueltas lideradas) en la F1 con ocho, por lo cual la noción de que Clark es el mejor de la historia no es descabellada.

Jim nació en Fife, Escocia, el 4 de marzo de 1936, y vivió la mayor parte de su vida en la granja familiar de Edington Mains, donde aprendió a manejar un tractor antes de los 10 años. Cuando tuvo un auto sus amigos lo instaron a competir dada su gran habilidad y empezó en eventos locales en 1956. Menos de cuatro años después debutó en F1 con el Team Lotus cuando la firma Aston-Martin no cristalizó su proyecto para la categoría. El dueño de Lotus, Colin Chapman, le dio un Lotus 18 Climax de 2.5 litros para el GP de Holanda el 6 de junio y en la siguiente fecha, en Bélgica, Clark ya fue quinto; antes de fin de año obtuvo su primer podio F1, en Portugal, y además fue podio en Le Mans.

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Al año siguiente, con autos de motores de litro y medio, Jim logró dos podios más, en Holanda y Francia y fue séptimo en el campeonato, pero también fue culpado –injustamente– del accidente que mató a 14 espectadores y a Wolfgang von Trips, de Ferrari, en Monza. Para 1962 ganó en Bélgica, Gran Bretaña y Estados Unidos, pero en la fecha final, en Sudáfrica lideraba fácilmente rumbo al título cuando una fuga de aceite lo hizo abandonar y dejó la corona en manos de Graham Hill.

Jim regresó en 1963 para un año brutal ganando 7 de los 10 grandes premios programados para cerrar con 73 puntos de 90 posibles. Terminó en el podio en 9 de 10 carreras y en Mónaco salió desde la PP, pero tronó su caja. Aparte, fue segundo en un Lotus-Ford en la Indy 500.

En 1964 ganó para Ford el campeonato británico de turismos con un Cortina, arreglado por Lotus, y estaba por repetir el campeonato de F1 tras victorias en Bélgica, Holanda y GB, pero una fuga de aceite hizo que abandonara tras pasar la meta como líder para entrar en la última vuelta del GP de México y John Surtees se coronó.

Para 1965 ganó por primera vez la serie Tasman (Australia y NZ) y en la Indy 500 arrancó segundo, lideró 190 de las 200 vueltas y ganó con su Lotus- Ford. En F1 obtuvo en sucesión Bélgica, Francia, GB, Holanda y Alemania para su segunda corona al terminar la etapa de motores chicos en F1.

En 1966 inició la era de motores de 3 litros y más de 400 caballos; él compitió en un Lotus con un motor aumentado a 2 litros, mientras llegaba el nuevo H16 de 3 litros de BRM, que salió tarde y deficiente; aún así Jim ganó en EUA la segunda carrera del H16, única victoria del complicado arreglo de la firma de Bourne. En el GP francés por primera vez en su carrera no arrancó pues en las prácticas le pegó un pájaro en los goggles y fue llevado al hospital, mientras Chapman reclutaba a Pedro Rodríguez para el Lotus. En Indy Jim calificó en segundo y lideraba, pero hubo un error de los cuentavueltas manuales y terminó detrás de Graham Hill.

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En 1967 ganó otra Tasman y luego debutó en Holanda el esperado motor Ford-Cosworth DFV ganando con el Lotus 49. Repitió triunfos en GB, EU y México, pero la falta de confiabilidad del motor le quitó muchos puntos y perdió el campeonato. 1968 inició con su triunfo 25 de F1, en Sudáfrica, y luego fue a ganar la Tasman, al mando del equipo Gold Leaf Team Lotus, patrocinado por la cigarrera Player’s, primera muestra de comercialización abierta en la F1. El viernes 5 de abril practicó con su Lotus 48 de F2 en Hockenheim y al día siguiente calificó a media parrilla por una falla de encendido. La carrera dominical, Deustchland Trophy era a dos mangas y Clark arrancó en el pelotón la primera, pero en la quinta vuelta una llanta que se desinflaba lentamente lo mandó contra los árboles al salir de la primera chicana a unos 160 kph. El impacto fue brutal; la muerte, instantánea para el mejor piloto del mundo.

Para muchos nunca hubo substituto del Escocés Volador, ni en Brasil ni en Francia ni en Alemania, ni en la propia Escocia y ya han pasado 45 años…