FOTO: Zak Mauger/FIA F2 Series

La temporada de la Fórmula 2 ha sido tan competitiva como polémica en los niveles deportivo y técnico, ante la aparición del nuevo monoplaza que produjo la marca Dallara.

El F2 2018, caracterizado por su motor turbo de 3.4 litros, ha generado siete ganadores distintos en las diez competencias que se han disputado hasta Paul Ricard, Francia. Sistemas electrónicos y de seguridad nuevos, alerones más grandes y la implementación del «halo» son sus características principales; pocos son los elementos que se continúan utilizando del antiguo GP2/11, como la transmisión.

Sin embargo, múltiples problemas de confiabilidad han afectado la marcha de los protagonistas principales del campeonato. A pesar de la defensa que el director del serial, Bruno Michel, hizo a principios de mes, las quejas de los pilotos han aumentado.

«Por supuesto aprendes más cosas cuando haces pruebas con 20 autos que cuando las haces con un solo auto», decía Michel a Autosport. «Así que yo diría que es natural que haya algunos gremlins técnicos para arreglar, poco a poco, y hemos estado trabajando en ellos.

«Si esto ha afectado el resultado del campeonato, pienso que esto es completamente imposible de decir. Al final del día han habido muchas discusiones, gente hablando sobre las parrillas invertidas. Decirlo no fue bueno porque no mostraría la capacidad real de los pilotos. Lo que sea que hagas, incluso si hay fallas con el auto, los mejores pilotos siempre. En toda la historia de la GP2 nunca he visto a un piloto no ganar por fallas técnicas. Al final del día, lo que tenemos es lo que tenemos y hemos estado trabajando en ello».

FOTO: Joe Portlock / FIA Formula 2.

En las primeras fechas del calendario, la cantidad de autos que se quedaron detenidos por un mal funcionamiento del embrague fueron motivo de preocupación. Artem Markelov opinó en su momento que la introducción del coche debió ser en 2019, en especial por los problemas eléctricos y de motor que lo hicieron abandonar en competencias consecutivas.

Después llegó la visita a Paul Ricard, donde no solo continuaron los pilotos tardando en arrancar; también llegó la declaración que más ha resonado en el año, cortesía del indio Arjun Maini, quien explicó que tuvo una desventaja de más de 7 kph ante sus rivales en línea recta.

«Ellos (los organizadores) van como si nada estuviera mal y es un chiste. Ellos están matando nuestras carreras así, destruyéndolas completamente», dijo al terminar la Carrera Sprint, en la que George Russell y Nirei Fukuzumi arrancaron desde los fosos y tanto Markelov como Ralph Boschung y Roberto Merhi no pudieron iniciar.

Los rivales de Russell en la carrera por el título, Lando Norris y Alexander Albon, tampoco se salvaron de los problemas, aunque el piloto de desarrollo de McLaren fue el más perjudicado de todos, al ver su ventaja de 36 unidades sobre el protegido de Mercedes reducirse a trece en las últimas semanas. Ninguno espera que los problemas se solucionen pronto.

«El auto es muy malo, francamente», afirmó Norris. «No es un campeonato puro de pilotos, no es como si este chico ganara porque manejó mejor. Este chico ganó porque el auto le ha fallado el menor número de veces. Es por eso que estoy decepcionado ahora, no terminé en último porque hiciera un error, es por el auto».

Aunque el grupo dirigido por Michel sigue tratando de resolver los problemas, es poco probable que el panorama cambie por lo avanzado de la temporada, en la que similar a la Fórmula Uno viven una etapa de cuatro competencias dobles en seis semanas y, para cuando terminen las vacaciones de verano, solo quedarán cuatro compromisos. ¿Tendrá esto una influencia importante en la definición del campeonato?