César Gónzalez Gómez
Nos aclara en qué se parecen Usain Bolt y Fernando Alonso… y no son los tenis que usan.

Concluidos los Juegos Olímpicos, hay quienes discuten que un piloto de Fórmula Uno pudiera considerarse un atleta de alto rendimiento, y se preguntan qué tanto podrían llegar a parecerse Fernando Alonso y Usain Bolt, por ejemplo, o Heikki Kovalainen y un tacle de la NFL. Las respuestas son sorprendentes.

Aunque Ayrton Senna fue de los primeros pilotos en adoptar el acondicionamiento físico, fue Michael Schumacher quien realmente lo llevó a otro nivel. El piloto alemán ha llegado a diseñar sus propios aparatos de gimnasio para concentrar el ejercicio en los músculos más exigidos, y ha ajustado tanto la temperatura como la humedad de su gimnasio a las condiciones que espera encontrar en cada pista.

Además, en sus años como campeón mundial, Schumacher acudía a la clínica deportiva Bad Nauheim, cerca de Frankfurt, donde se concentraban en tres factores clave para un piloto de F1: fuerza, tiempo de reacción y coordinación.

Schumacher inició una tendencia que hoy siguen casi todos los pilotos en la F1. Tanto Sebastian Vettel como Nico Rosberg acuden a Bad Nauheim. Otros, como Jenson Button, suelen inscribirse en triatlones para probar la versatilidad de su preparación física.
Los datos que arroja el desempeño físico de un piloto de F1 sobre la pista, igualan a los de atletas de máximo rendimiento de diversas disciplinas que van desde la NFL hasta los 100 metros planos.

Exigencia física
El cuello de un piloto de F1 es, quizás, el más exigido en el deporte. Con velocidades que rebasan los 300 kilómetros por hora y resistiendo hasta 5 fuerzas G en las curvas, solo es comparable al de un piloto en un avión supersónico de combate. Hay casos extremos, como el de ‘Checo’ Pérez en Mónaco en 2011, cuando chocó contra el muro de contención a 280 kph. Según la revista F1 Racing, el impacto alcanzó 70 fuerzas G, esto es, que el peso de su cabeza y casco sobre sus hombros se multiplicó por 70.


Quizás la muestra más evidente sea Ayrton Senna en el GP brasileño de 1991. Luego de conducir las últimas siete vueltas con una caja atascada en la sexta marcha, Ayrton llegó a la meta con el cuello y los hombros prácticamente paralizados. Tuvo que ser sacado del auto, y realizó un esfuerzo lastimoso sobre el podio para levantar el trofeo y agitar la champaña.

Por eso el trabajo para fortalecer el cuello es una de las tareas más importantes en el acondicionamiento de un piloto pues, aunque su cuerpo no es precisamente musculoso, su cuello sí llega a tener proporciones sorprendentes.

El cuello de Heikki Kovalainen mide 42 centímetros de diámetro. Si tuviéramos que encontrar una comparación en el deporte, tendríamos que irnos al futbol americano, donde la circunferencia promedio en el cuello de un jugador de línea en la NFL es de 48 centímetros. La diferencia es que un tacle de la NFL mide 1.95 y pesa 140 kilos, mientras que Kovalainen apenas mide 1.72 y pesa 66 kilos.

La musculatura del cuello de un piloto debe proteger a un grupo óseo que pasa por situaciones extremas en una carrera. Para soportar un auto que es capaz de ir a 270 kph y frenar hasta 0 kph en dos segundos, se necesita un cuello tamaño NFL.

Reacción y coordinación

Los tiempos de reacción de un piloto de F1 se pueden medir en milésimas de segundo y están entre las reacciones más rápidas que puede experimentar un ser humano.

En su cuenta de Twitter, Fernando Alonso, aseguró que de “la luz verde a la arrancada, el promedio (de reacción) el campeonato pasado estuvo alrededor de las 185 milésimas”. Agregó que en prácticas lo puede hacer aún más rápido.Esas 185 milésimas están en el mismo rango de un velocista de 100 metros planos. En la final de Londres 2012, el medallista de oro, Usain Bolt explotó en los bloques de salida, donde su tiempo de reacción en la arrancada fue cronometrado en 165 milésimas.


Pero no solo ahí influye la reacción, sino que también la coordinación entre la vista y las manos se vuelve fundamental para un piloto de F1. Un bateador de Grandes Ligas como Alex Rodríguez tiene que ser capaz de coordinar sus manos con su vista y sacar el bate con tal velocidad como para impactar una pelota que viene a 160 kph. Para un bateador, no basta la fuerza o la musculatura: su coordinación es tanto o más importante.

Un piloto de F1 que tiene que coordinar sus sentidos para sortear una curva que se le puede venir encima a más de 300 kph. Al igual que el beisbolista, el piloto entrena esa coordinación con el llamado tablero de reacción Batak, donde en 60 segundos debe tocar la mayor cantidad de luces que se encienden de forma aleatoria. El récord mundial en el tablero es de 155 toques, pero algunas marcas de pilotos son también impresionantes. Alonso y Kovalainen registraron 138 toques, mientras que Jenson Button tuvo 136.

Práctica Mental

Como el cerebro diferencia poco entre una imagen vista y una pensada, al practicar en forma puramente mental crea, modifica o refuerza caminos neuronales importantes.

Agudeza Visual

Los pilotos no tiene la clásica visión de túnel que se desarrolla a altas velocidades, pues practican ampliar el campo visual para detectar detalles hasta en 240 grados y a distancias que exceden la visión de 20/20.

Cuello

Para aguantar fuerzas G que a veces sobrepasan 5 unidades, el cuello debe ser el músculo más fuerte del cuerpo y recibe el mismo tratamiento que el de jugadores de fútbol americano que pesan dos o tres veces más

Ritmo Cardiaco

Los pilotos practican ejercicios que aumentan su capacidad aeróbica y disminuyen su frecuencia cardiaca, lo que permite que en momentos de tensión en la pista puedan sobrepasar las 200 pulsaciones por minutos durante varios minutos

Fuerza en las Extremidades

Golpear un pedal de freno con una presión de casi 200 kilogramos o mantener una línea de carrera en una pista llena de brincos e imperfecciones requieren gran fuerza por lo que levantan pesas buscando la proporción ideal entre musculatura, fuerza y volumen.

Reflejos Extremos

La capacidad de reacción de un piloto de F1 es superior a la de otros atletas, incluso a las 110 milésimas de arrancada de un corredor de velocidad de élite o a las dos décimas de un beisbolista en saca

¿Quién es el piloto? Fernando alonso

Edad: 31 años • Estatura: 1.71 metros • Peso: 68 kilogramos • Escudería: Ferrari

Fernando corre 100 metros en 11.9 segundos, nada, anda en bicicleta –preferentemente de montaña– y juega al tenis y al fútbol, aunque estas dos últimas son más para relajarse mentalmente. Sus pulsaciones en reposo son apenas 42 por minuto.

Calorías consumidas… y frecuencia cardiaca

• Dentro de la cabina, el consumo de calorías de un piloto durante un Gran Premio –que dura 300 kilómetros– no está muy lejos de lo que emplea un corredor en una prueba de resistencia.

• Se calcula que un piloto consume en promedio 1,500 calorías y pierde 3 kilos de peso corporal durante una carrera, y la cifra se dispara en circuitos de esfuerzo extremo como Sepang, Malasia, donde la temperatura en la pista promedia 40 grados centígrados y la humedad rebasa el 80% Lo que experimenta ahí un piloto de la complexión de ‘Checo’ Pérez, de 63 kilos, está en el mismo nivel que el consumo de calorías de un corredor del mismo peso en un maratón: unas 2,200 calorías.


• En cuanto a frecuencia cardiaca, la cosa no cambia. Aunque uno pudiera suponer que, al estar sentado en la cabina, un piloto no tendría mayor exigencia en el corazón, la realidad es otra. El corazón de un piloto de F1 promedia 170 pulsaciones por minuto, con picos de 190, de forma sostenida hasta por una hora y media que es lo que llega a durar un gran premio. Al igual que en el consumo calórico, esos rangos de ritmo cardiaco se asemejan mucho a los de un corredor de maratón.

• Por el mismo consumo de calorías y frecuencia cardiaca, la dieta de un piloto no es diferente que la de un nadador de élite, por dar un ejemplo. Se alimenta con entre 2 mil y 4 mil calorías al día, con alimentos altos en carbohidratos complejos, y bajos en grasas. Con una frecuencia cardiaca como la que experimentan los pilotos, el consumo de grasas debe ser reducido al mínimo.

• El despliegue físico de un piloto en una carrera, derrumba los mitos y tira los estereotipos. La próxima vez que Usain Bolt se encuentre a Fernando Alonso en eventos de su patrocinador conjunto, seguramente Bolt, locuaz como es, le pedirá algunos consejos al español para mejorar su propia reacción en la arrancada. No hay duda, un piloto es un atleta del más alto rendimiento físico.