El Mundial de Turismos (WTCC) se estableció gracias al promotor Marcello Lotti, quien convirtió el Campeonato Europeo de Turismos (ETCC) en WTCC a petición de la FIA, pero hace tres campañas hubo un desacuerdo sobre el enfoque. El italiano quería autos más baratos, con menos cambios y equipos que corrieran aunque no tuvieran el apoyo de las grandes firmas fabricantes, mientras que la FIA quería equipos de fábrica con autos muy rápidos como pináculo de la categoría. Lotti se fue a fundar el TCR con su visión y ha expandido su categoría a una docena de series regionales o nacionales (Benelux, Italia, Alemania, Asia, Oriente Medio, etc.) y una serie mundial que corre, incluso, como preliminar de la F1 (en Singapur, p.e.) y permite a muchos equipos locales participar.

Mientras, el WTCC ha perdido fabricantes, primero Chevrolet, luego Citroën y LADA, aunque la llegada de Volvo ha paliado un poco esas ausencias. A fines del año pasado, la temporada 2017 se veía emproblemada y se creó la clase WTCC2 para aceptar autos (con reglas TCR) que impidieran la cancelación de las fechas por tener menos de 16 participantes en parrilla. Afortunadamente tanto Citroën como LADA vendieron sus unidades 2016 a equipos privados y eso permite llegar a la cifra mágica sin usar la clase WTCC2.

Pero el problema de fondo es que los equipos, fabricantes y pilotos han votado con sus carteras y el mensaje es abaratar costos y atraer más equipos, pues el TCR les gana la partida por sencillez.

Para 2017 hay estabilidad, con cambios para mejorar el espectáculo:

Los autos son los mismos: 136 litros con turbo y más de 350 caballos de potencia.

El peso mínimo queda en 1,100 kilos, pero con lastre de éxito aplicable a los ganadores de carreras anteriores, hasta por 80 kilos.

El calendario es de 10 fechas, con el regreso de Macao y Monza y la salida de Rusia, Francia y Eslovaquia.
Se han abolido los viernes y el programa de competencia se acorta a dos días.

Para compensar, las dos prácticas del sábado crecen de 30 a 45 minutos.

El formato de dos carreras por fin de semana: la Estelar –que se corre como segunda del programa– es un par de vueltas más larga que la Sprint –que se corre con parrilla invertida para los 10 primeros en la calificación–, que inicia la actividad los domingos.

Cambian los puntos asignados a los 10 mejores.

Sprint 25, 18, 15, 12, 10, 8, 6, 4, 2, 1.
Estelar: 30, 23, 19, 16, 13, 10, 7, 4, 2, 1.
La competencia de equipo (MAC o Fabricantes contra Reloj) se amplía a 12 unidades.

Habrá vueltas con un trazo adicional (vueltas comodín), como las usadas en el Rallycross, en ciertos circuitos para incrementar la fase táctica de las carreras.

 

Contendientes:

La partida de Citroën y LADA ha dejado a Honda como el número uno entre los equipos oficiales, sus Civic son los favoritos para obtener el título en 2017. La escuadra italiana, JAS, es la que prepara esos Civic para montar su asalto al título. Los pilotos serán dos de los tres que compitieron para ellos en 2016: el portugués Tiago Monteiro, ex F1 y ganador en Eslovaquia y en Portugal, y el húngaro Norbert Michelisz, triunfador en Motegi; se les une el nipón Ryo Michigami, quien ha sido campeón de GTs en Japón.

Hay otros dos Civic para el equipo independiente, Zenga Motorsport, que ha contratado a Aurelien Panis (ex FV8 3.5), hijo del ex F1, Olivier, y tendrá un segundo piloto, seguramente húngaro, como es costumbre.

El otro equipo oficial es el de Volvo, que crece a tres autos en 2017. Ellos retienen a Thed Bjork, ganador en China en 2017, añaden al estrella holandés de LADA, Nicky Catsburg, ganador en Moscú, y promueven al argentino Néstor Girolami, quien corrió con ellos en Motegi y quedó en los puntos; sin duda buscan emular la sorpresa que dio “Pechito” López en 2014 con Citroën. Y han contratado al tetracampeón retirado, Yvan Muller, como desarrollador del S60.

Los galos se quedan con su equipo satélite, el Sebastien Loeb Racing (SLR), que tendrá tres C-Elysee del año anterior para el campeón de independientes 2016, el marroquí Mehdi Bennani, así como el inglés Tom Chilton –quien alternará su campaña con el BTCC– y el corso John Filippi, con experiencia en la serie. También con un Citroën 2016 está el equipo Munnich Motorsport, con el campeón 2012, Rob Huff, al mando, quien espera sea una mejora sobre su paso efímero por Honda.

Los rusos de Lada vendieron sus Vesta 2016 al equipo francés nuevo, RC Motorsport, que anunció al sobrino de Muller, Yann Ehrlacher, como su primer piloto y no han dado a conocer al segundo, que podría ser Hugo Valente, rápido y probado en el WTCC. Los dos últimos lugares los ocupan dos equipos privados: el ROAL Motorsport del italiano Roberto Ravaglia –ganador del mundial hace 30 años con Gerhard Berger–, con un Chevy Cruze para el holandés Tom Coronel, quien ganó en Marruecos y Portugal en 2016, y sigue tan campante a sus 45 años; el Campos Racing, que corría un Cruze también, pero intenta obtener un auto más nuevo, ha nominado al argentino José Manuel Urcera para la ronda en casa, pero no tiene piloto definido el resto del año.

En total: 16 autos, 10 privados y seis oficiales, lo mínimo necesario para cumplir el reglamento y la necesidad urgente de volver a ser relevantes.