Max Verstappen asegura que los rivales de Ferrari solo quieren un «campo de juego equilibrado», ante la controversia sobre el acuerdo secreto que la FIA alcanzó con el equipo italiano.
La semana pasada, siete equipos emitieron una declaración conjunta expresando su descontento por la forma en la que la Federación llegó a una resolución privada con la casa de Maranello, ante las sospechas sobre la legalidad de sus motores.
Todos afirman que estos asuntos deben manejarse de forma diferente y desean una divulgación completa de los detalles sobre el acuerdo.
Verstappen, quien opinó del asunto el año pasado, al grado de usar la palabra «trampa» después del Gran Premio de Estados Unidos, dijo que el impulso para obtener respuestas era simplemente porque querían asegurarse de que todos los competidores fueran tratados por igual.
Este miércoles, cuando se le preguntó sobre lo que estaba sucediendo, el holandés dijo: «Bueno, eso lo dejo a los equipos. Creo que para todos es importante, por supuesto, tener igualdad de condiciones».
«Entonces eso es lo que todos queremos y eso es todo lo que puedo decir al respecto».
Al ser cuestionado sobre si sentía que se podía confiar en la FIA en adelante, a la luz de lo sucedido, declaró: «Bueno, creo que ellos, en el pasado, han estado tomando las decisiones correctas. Así que veamos qué piensan los equipos y la FIA».
Los equipos involucrados (Mercedes, Red Bull, McLaren, Renault, Williams, Racing Point, AlphaTauri) querían que Jean Todt, Presidente de la FIA, respondiera a sus dudas del tema antes del Gran Premio australiano.
El diario británico The Daily Mail reveló extractos de esa respuesta hoy miércoles, afirmando que Todt se hizo cargo personalmente de los asuntos y optó por llegar a un acuerdo privado.
«Había tres opciones disponibles: cerrar el caso, llevar el asunto ante el Tribunal Internacional o llegar a un acuerdo, y esas decisiones recaen en el presidente de la FIA, de conformidad con las normas judiciales y disciplinarias de la FIA», señala el informe en la carta.
«El presidente informó y consultó con varios otros funcionarios clave de la FIA, así como con el Jefe Ejecutivo de Fórmula 1, con el objetivo de lograr un consenso sobre la mejor manera de abordar el caso».
«Él (el presidente) solicitó y recibió recomendaciones de los equipos técnicos, legales y financieros de la FIA y también recibió el asesoramiento de un abogado externo con experiencia».