Toto Wolff no se avergüenza de decir que el W13 de Mercedes estará en la parte trasera de la colección de autos de la escudería.
La hegemonía de la compañía anglo-alemana terminó en 2022, el primer año en la era hibrida de la F1 en el que no consiguieron el título de Constructores, resultado de un mal desarrollo del monoplaza.
En principio, las introducciones novedosas – como la ausencia de pontones laterales – podían ser un generador de cambio desde el inicio de la campaña, pero esto fue de manera contraria, ya que quedaron atorados en la parte media del contingente en las primeras competencias.
Wolff no presenta excusas y admite que el trabajo en conjunto estuvo mal. Después de tantos años de dominio, sabía de antemano que esto llegaría a su fin, pero es enfático en el hecho de que fallaron en la manera de desarrollar el auto.
«Nos equivocamos. Creo que incluso las mejores personas pueden equivocarse», expresó en su aparición en el podcast “Beyond the Grid”.
«Mi suposición de por qué funcionaría un equipo, que aprendí en los días en Williams, es que debes tener la infraestructura adecuada, los recursos financieros, pilotos buenos, un motor potente, la organización adecuada y tiempo suficiente para ponerlo todo junto».
“Estos ingredientes asegurarían que seas competitivo. Ahora ganar puede ser otra cosa o ganar un campeonato es otra cosa. Pero no hemos tomado una pastilla estúpida de repente, ganar el Campeonato de Constructores en diciembre pasado y luego estar en la nada en marzo es muy fácil».
«Nos equivocamos de concepto. Subestimamos el efecto cuando el auto funcionaba muy bajo, y otros han hecho un mejor trabajo si conocían el efecto de días anteriores o si simplemente estaban más enfocados en esta área particular del comportamiento del auto. No sé».
«Pero en la organización nadie es tímido para decir que hemos hecho un mal trabajo aquí. Muy fácil. No hay escondite, no se busca una explicación de cómo terminamos ahí. Quiero decir, todos nosotros estamos diciendo que nos equivocamos mucho y que otros lo hicieron muy bien».
Y es que en todo Mercedes se sabía de antemano que el nivel del W13 no era óptimo desde sus primeros kilómetros de recorrido en pretemporada, aun con las actualizaciones que llegaron antes de la apertura del Mundial.
El resultado fue ver a Lewis Hamilton sufriendo para avanzar en las etapas de calificaciones (quedándose incluso en la Q1 en Arabia Saudita) o ser lapeado por Max Verstappen en Imola.
Aunque consideraron que España fue un punto de cambio para el ex campeón y para George Russell, la irregularidad en resultados y rendimiento fue la tónica del resto del año, ante la variación de diferencias ante Red Bull y Ferrari.
La falla principal fue la incapacidad de hacer funcionar la carga aerodinámica del coche, pero dependiendo del fin de semana, había más complicaciones.
«Creo que cuando nos dimos cuenta de que realmente no entendimos cómo solucionar algunos de los problemas del auto», continuó Wolff. «No fue que fuera la marsopa o si fuera un problema de suspensión. Básicamente, cada piedra que movías tenía un problema».
«Luego fuimos a Barcelona y tuvimos un fin de semana sólido, y parecía que poco a poco nos estábamos poniendo al tanto de las cosas, y luego las cosas se pusieron terribles nuevamente. Terminamos la primera mitad de la temporada con una carrera muy fuerte, y particularmente la calificación en Budapest, y luego terminas tres semanas después en Spa lejos de los líderes, y lo mismo en Monza».
«Así que a veces fue bastante difícil manejar tus propias expectativas. Porque después de Budapest, vas a Spa (pensando): ‘Bueno, ¿podemos desafiar a los candidatos principales?’, y te encuentras en el mediocampo».
«Pero nuevamente, esta es una lección, cómo manejas tus propias expectativas y cómo manejarte si fallas».
Eventualmente, Mercedes se benefició de su última gran actualización técnica introducida en Austin y la ventaja que el W13 tuvo en pistas como México y Austin para mejorar en ritmo. Russell capitalizó en las circunstancias del fin de semana para ganar en Interlagos mientras su coequipero estuvo cerca de ganar en Estados Unidos.
El aprendizaje colectivo y los cambios recientes en la arquitectura mantienen a los miembros de Brackley con cierto optimismo rumbo a 2023, aunque por lo visto este año, no hay nada seguro.
“Estoy particularmente orgulloso del equipo, de cómo nos hemos recuperado a lo largo de la temporada, porque no fue un error de una sola carrera», aseguró Wolff.
«No era que hubiera una trayectoria clara que sólo subía; tuvimos carreras buenas y luego retrocedimos. Al final, creo que estamos mucho más cerca de nuestros rivales, los autos en cabeza, que al principio de la temporada».
«Con nuestros aprendizajes, los valores en el equipo, el empoderamiento y la cultura de no culpar, creo que volveremos en una forma más potente el próximo año, con suerte ganando carreras por mérito y luchando por el campeonato. ¿Pero es un hecho? Ciertamente no».