Las ligas deportivas principales en Estados Unidos también tomaron medidas preventivas ante la pandemia mundial del Coronavirus (COVID-19).
Desde la noche del jueves iniciaron las cancelaciones y suspensiones de eventos de temporadas regulares, como la NBA, la NHL, la MLS y la pretemporada de la MLB, así como los torneos de la NCAA, el Miami Open de tenis.
El automovilismo no quedó exento de esta crisis sanitaria. La mañana de este jueves, el Alcalde de St. Petersburg, Rick Kriseman, anunció que no habrá admisión general para el evento que IndyCar organiza anualmente en las calles de la ciudad.
La prueba inaugural del campeonato, en la que estará el mexicano Patricio O’Ward, estuvo en riesgo de cancelarse, así como las carreras del Camino a Indy (Indy Lights, Indy Pro 2000 y USF2000), pero todas tendrán una agenda condensada.
Donde no hubo suerte fue en Long Beach, ya que a raíz del decreto que prohíbe la realización de eventos con al menos 250 asistentes desde ahora y hasta abril, el evento de IndyCar se pospuso.
A la par, Copa NASCAR anunció que llevará a cabo sus competencias en Atlanta (este domingo) y Homestead (22 de marzo) a puerta cerrada.
Esto, a raíz de que el Condado de Miami-Dade declarara la zona en «estado de emergencia» y recomendara el cambio de fecha en Homestead.
Los Gatornationals del «cuarto de milla» de la NHRA, a realizarse en Gainesville, Florida, fue parcialmente cancelado; algunas de las categorías que ya habían iniciado competencias seguirán en marcha, pero sin público.
Las «12 Horas de Sebring» de IMSA-SCC, que se correrían el fin de semana entrante, se pospusieron para el fin de semana del 11 al 14 de noviembre, por lo que será la última ronda del campeonato.
Esto se decidió horas después de la cancelación de las «1000 Millas» del WEC.
Todas las categorías anunciaron con anterioridad que se mantenían alerta al desarrollo de la pandemia.