El escenario que dejó la IndyCar en Toronto no pudo resultar más a favor de Scott Dixon.
El neozelandés aprovechó las circunstancias de sus rivales para ganar por tercera vez en las calles canadienses y establecer una ventaja muy cómoda en la puntuación con cinco competencias restantes en el calendario, ya que todos sus rivales más cercanos se involucraron en accidentes.
Aunque está consciente de la diferencia que tiene sobre Josef Newgarden, prefiere mantener serenidad y, en lugar de verse con el pentacampeonato, dar un paso a la vez.
«Es fácil caer en esa trampa», indicó. «Tienes que tratarlo (el campeonato) como un fin de semana de carreras, salir con la mentalidad de ser el más rápido en la primera práctica, segunda práctica, ser el más rápido en calificación. Definitivamente no puedes ser complaciente.
«Con la competencia, eso se puede voltear muy rápidamente. Todo lo que toma es que yo cometa un error o que el auto sufra un (fallo) mecánico, lo que (pasó) el año pasado en Mid Ohio, ahí es donde perdimos el liderato del campeonato».
El detalle es que el panorama luce totalmente distinto al de 2017, cuando hasta este punto sostuvo una lucha muy cerrada con Helio Castroneves, Simon Pagenaud y Newgarden, quien eventualmente se proclamó campeón. Los cuatro estaban separados por solo 23 puntos y todos, junto con Will Power y Alexander Rossi, se beneficiaron de la puntuación doble para llegar a Sonoma con posibilidades de coronarse.
Este año, quizá el ajuste en la repartición de unidades no sea suficiente para alcanzarlo. El accidente de Newgarden, quien de manera inexplicable se fue al muro de la última curva mientras lideraba en un reinicio, provocó que su desventaja ante el veterano de Chip Ganassi Racing aumentara a 62 puntos.
Rossi, Power, Ryan Hunter-Reay y Graham Rahal también sufrieron incidentes que los dejaron en el límite de las posibilidades matemáticas disponibles. Un ganador recibe 50 unidades en cada competencia, a excepción de Indianápolis y la última fecha, Sonoma, donde la cantidad se duplica. Además, todos los participantes suman puntos; quien finaliza en 22º lugar, por ejemplo, suma ocho unidades en un evento «normal», mientras que en el evento de Sears Point se adjudica 16.
La teoría indica que, para mantener la calidad de contendiente al título, un participante deberá llegar a California con no más de 85 puntos de déficit ante Dixon, quien a no ser de que tenga mala suerte, seguirá como líder general hasta la carrera final.
Además, su historial es muy notable en las pistas que quedan por visitar en el certamen: en Mid Ohio ha ganado cinco veces, en Pocono una y en Sonoma, tres; si bien solo ha corrido en dos ocasiones, logró dos segundos lugares en el óvalo de St. Louis, en tanto que finalizó séptimo en sus dos visitas al circuito permanente de Portland, que volvió al calendario este año, en la época de CART, en 2001 y 2002.
Aunque el neozelandés buscará tomar las cosas con calma, el hambre de seguir subiendo a lo más alto del podio sigue intacta; después de todo tiene 44 triunfos, ubicándose a ocho de Mario Andretti y a 23 de AJ Foyt.
«Estamos en el negocio de intentar ganar. Ese es el enfoque. Hay algunas pistas en las que no hemos ganado y quisiera ganar», expresó.
«No lo sé, nos mantendremos enfocados en intentar ganar cualquier carrera sin importar dónde sea».
Un hipotético pentacampeonato de Dixon lo colocaría como el segundo piloto más laureado en la historia de los autos de Indy, solo por detrás de los siete de Foyt.