El nuevo superdeportivo de Bugatti se llama Chiron, y releva al Veyron después de 10 años de producción (2005-2015). El Chiron es ligeramente más grande que su antecesor y también más pesado, pues roza la barrera de los 2,100 kg a pesar de que el chasis y la carrocería están fabricados en fibra de carbono.
Sin embargo la cifra que todos estábamos esperando es la potencia, que ha llegado a 1,500 caballos, que lo convierten en uno de los autos más poderosos del mundo, solo igualado por el Koenigsegg Regera. Otros rivales como el Ferrari LaFerrari, McLaren P1 y Porsche 918 se quedan muy por debajo, en torno a los 900-950 caballos.
Bugatti consigue tal cifra empleando prácticamente el mismo motor del Veyron, un 8.0 litros de 16 cilindros que estrena ciertos componentes, como los 4 turbocargadores que ahora son más grandes y funcionan distinto. Mientras el motor no rebase las 3,800 rpm funcionan solo dos turbinas, pero superando este régimen los 4 entran en acción. Otros elementos que cambiaron en la gestión son los inyectores, que ahora monta 2 por cilindro; 32 en total.
Con estos cambios, Bugatti anuncia una velocidad máxima limitada electrónicamente de 420 kph, lo que permite suponer que en teoría podría rozar los 450 sin gobernador. Se anuncian poco más de 2 segundos para conseguir los primeros 100 kph, 6 para rebasar los 200, y menos de 14 para cruzar los 300 kph. Y para detener tal masa, se emplean discos de material cerámico de 420 mm de diámetro, con calipers de 8 pistones. Las llantas delanteras son de medida 285/30 R20, mientras que en el eje posterior son 355/25 R21; tienen un compuesto especial y están fabricadas por Michelin, como ocurrió con el Veyron.
Serán fabricados un total de 500 ejemplares, y su ensamble debiera de comenzar antes de que termine el 2016. Tiene un precio estimado de 2.4 millones de euros y la marca dice que ya ha recibido depósitos de reservación por unas 150 unidades.
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