El ex director del equipo Force India de Fórmula Uno, Vijay Mallya, perdió una apelación ante un Tribunal Superior de Reino Unido que evitaría su extradición a India.
El indio ha sido buscado en su país natal por presuntos cargos de mala conducta financiera y fraude relacionados con Kingfisher Airlines, que quebró en 2012 tras acumular más de mil millones de dólares en préstamos no pagados.
Tras el veredicto, Mallya ahora tiene 14 días para solicitar permiso para apelar ante el Tribunal Supremo de Reino Unido. De lo contrario, el caso ya involucraría al Ministerio del Interior del país europeo, dirigido por el Secretario Priti Patel.
«Consideramos que, si bien el alcance del caso prima facie encontrado por el Juez de Distrito Superior es, en algunos aspectos, más amplio que lo alegado por el Demandado en India (la Oficina Central de Investigación y la Dirección de Ejecución), hay un caso prima facie que, en siete aspectos importantes, coincide con las acusaciones en India», dictaminaron los jueces.
El magnate de 64 años de edad ha negado cualquier irregularidad y se ha ofrecido a pagar los préstamos, aunque las autoridades de India sostienen que no tiene intención de pagar a los bancos.
India presentó un caso de extradición contra Mallya después de que se mudó a Reino Unido en marzo de 2016, donde ha batallado para no ser arrestado, en especial desde que su pasaporte se revocó.
Incluso, fue arrestado por las autoridades británicas en 2017 a pedido de India, pero se le concedió la libertad bajo fianza.
Desde entonces, todos sus activos mundiales se congelaron, y un tribunal especial ordenó a los bancos incautar, para el el 1 de enero, activos por valor de hasta mil 400 billones de dólares, mucho más de lo que buscaban los prestamistas.
Mallya compró al equipo Spyker F1 a fines de 2007 y lo renombró como Force India la temporada siguiente; por varios años se le aplaudió por convertirlo en el equipo líder de la parte media de la parrilla del Gran Circo.
Bajo el nombre de Force India, el equipo logró seis podios, con un segundo lugar en Spa 2009, con Giancarlo Fisichella, como el mejor resultado del equipo.
Sin embargo, entre las dificultades financieras crecientes, entró bajo administración a mediados de 2018 y fue comprado por un consorcio liderado por Lawrence Stroll, que cambió el nombre del equipo como Racing Point.
A partir del año próximo, Racing Point se renombrará como Aston Martin.