Citroën debutó en el Mundial de Turismos (WTCC) arrasando, pero el campeón no fue para su estelar Yvan Muller, tetracampeón del WTCC y campeón reinante, ni para el nonacampeón WRC debutante en la serie, Sebastien Loeb, sino para el tercer volante: el argentino José María ‘Pechito’ López, multicampeón pampero cuyo manejo le dio más posiciones de privilegio que todos sus rivales juntos y casi tantas VRs como el resto.
Fue tal la diferencia con respecto a los demás autos que incluso el cuarto piloto, el chino Ma Qing Hua, pudo ganar una carrera con el Citroën de aerodinámica pulida: 17 triunfos en 23 salidas (la segunda carrera en Eslovaquia se canceló). Las fallas francesas fueron el Hungaroring y Suzuka, ambas Carrera 2, donde no pudieron acabar en el podio por la parrilla invertida de la segunda carrera; y en Beijing donde no ganaron.
En el papel de comparsas los equipos oficiales de Honda – más los Civic privados de Zengo y Proteam– y Lada, además de los tres privados –Campos, ROAL y Munnich– que usaron Chevy Cruze fabricados por RML Los Granta rusos, con Rob Huff, campeón 2012, sacaron triunfos en Beijing y Macao; Honda ganó una vez en Suzuka con su equipo oficial, y el marroquí Mehdi Bennani aportó otro en Shangai para Proteam. Las victorias de Chevy fueron del ex F1 Gianni Morbidelli (Munnich) en Hungría y Tom Chilton (ROAL). Pero aun el dominio abrumador de Citroën no provocó quejas, sus pilotos se batieron como rivales que son y mantuvieron entretenido y honesto el campeonato.