Red Bull Racing se va con Honda para 2019 y abandona a Renault tras una docena de temporadas de asociación, misma que deja un promedio de casi cinco victorias, PPs y VRs por campaña (hasta el GP de Gran Bretaña 2018), pero como dice NUESTRO EDITOR, el pasto del potrero aledaño siempre parece más verde…
Red Bull Racing nació en 2005 de los restos de Jaguar, el equipo corporativo de Ford en la F1, a su vez fruto de la compra a fines de 1999 a Jackie Stewart quien había fundado una escuadra propia en 1997 y la había hecho ganar en la categoría máxima. Si Jackie pudo, el poderío y presupuesto de Ford seguramente llegaría más allá empezando por el motor Cosworth, también parte de Ford, pero los resultados entre 2000 y 2004 fueron exiguos (dos podios) y los del óvalo azul vendieron todo al fabricante de bebidas energéticas que arrancó en 2005 con Cosworth, pasó a un motor Ferrari en 2006 y se alió con Renault en 2007.
La primera victoria de la sociedad RBR-Renault llegó en 2009, el primer título en 2010 y le siguieron otros tres consecutivos, pero en 2014 vino el cambio de reglas de la Fórmula Uno y ahí empezó a rajarse la taza que tardó casi cinco años en quebrarse por completo.
PROBLEMAS
El problema fue que el motor Renault no estuvo a la altura de su rendimiento de años anteriores, los franceses se durmieron en sus laureles y no anticiparon que Mercedes y Ferrari gastarían sumas enormes para dotar a sus autos de un motor híbrido de última tecnología. En la F1 no es fácil recuperar el paso perdido, y las quejas de RBR fueron subiendo de tono achacando todas las culpas de su desempeño a los motores galos.
A la vez, Honda regresó a la F1 en 2015 de la mano de McLaren y ambos pensaron que iban a reeditar sin problemas el dominio de la era Senna-Prost (1988-91), pero la realidad se interpuso y el motor Honda fue objeto de las peores críticas (no constructivas, por cierto) por parte de sus asociados de Woking, que al estilo inglés achacaron el desempeño pobre de los McLaren a los motores nipones.
Entre 2015 y 2017 fue constante la verborrea en Milton Keynes contra Viry-Chatillon y en Woking contra Sakura, justificada hasta cierto punto, pero ciertamente no sin culpabilidad para los ingleses.
De hecho Renault se hartó en 2016 y se decidió que los motores que daba a RBR fueran llamados TAG-Heuer por un patrocinio que se consiguió y así se salvaron algunos de los momentos más ríspidos en ambos lados del Canal de la Mancha.
Honda también tuvo que afrontar críticas de parte del bicampeón Fernando Alonso, como las de que su motor parecía de GP2, y para contentarlo le dieron un IndyCar (con motor Honda) para que corriera en la Indy 500 en 2017, aunque el motor volvió a fallarle.
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