La de Robert Kubica ha sido una gran historia de motivación y superación personal, pero es inevitable pensar lo que hubiera sido de su trayectoria y lugar en el deporte motor de no ser por el accidente que casi le cuesta la vida.
El polaco de 33 años, quien sufrió de un terrible accidente en 2011 mientras pilotaba un auto de Rally en la Ronda de Andorra en Italia, confirmó lo que muchos sabían de antemano: había firmado un contrato con Ferrari para correr en la temporada 2012 de Fórmula 1 con ellos. No obstante, debido a las heridas graves que sufrió al haberse estrellado contra las bardas de seguridad, éstas interrumpieron su carrera como piloto.
Luego de un periodo de recuperación –para recobrar el movimiento en su mano derecha–, Kubica regresó a la F1 este año como piloto de reserva para el equipo Williams, después de su última carrera disputada en 2010 en Abu Dabi; sin embargo, su plan de conseguir un asiento como primer o segundo piloto no se consolidó, cediendo ante Sergey Sirotkin.
A lo largo de estos años se especuló que, en ese 2011, Kubica había llegado a un acuerdo para dejar Renault, con quien subió al podio tres veces, y cambiarse a la casa de Maranello, aunque ésta nunca se confirmó de manera pública.
No obstante, la especulación cobró vida de nuevo luego de que en el podcast oficial de F1 (que puedes escuchar en el sitio oficial de la Máxima Categoría), él mismo revelara que había considerado no participar en el evento de Andorra, pero que no quiso decepcionar al equipo que lo había organizado. También compartió que la escuadra con la que correría en la siguiente temporada le había prohibido participar en el Rally.
El anfitrión del podcast, Tom Clarkson, presionó con la pregunta sobre si Ferrari le había ofrecido un contrato para correr junto con Fernando Alonso en 2012; Kubica respondió: “Sí”.
En su momento firmó un acuerdo con el entonces jefe de equipo Stefano Domenicali, aunque estaría recibiendo un sueldo menor al que recibía con el equipo francés.
Kubica indicó que el primer paso para sobresalir era lograr entrar a la Máxima Categoría; el segundo, desarrollarte bien para poder ganar experiencia y una buena reputación –lo cual resulta más difícil que lo primero– y finalmente ganar un Campeonato Mundial o convertirse en piloto de Ferrari.
Robert nunca ganó algún campeonato, y estuvo muy cerca de haber sido parte de la escuadra italiana.
Kubica afirmó que haber perdido el asiento en Ferrari no le preocupó demasiado en ese momento, debido a que luchaba por su vida y su enfoque estaba en recuperar su salud y fuerzas lo más pronto posible; sin embargo, admitió que en la actualidad resiente esa oportunidad perdida.
“El deseo de convertirme en un piloto más completo, encontrar algo que otros no tuvieran o en lo que yo pudiera mejorar”, dijo Robert.
Definitivamente, el regreso de Kubica a la Fórmula 1 pone en perspectiva la carrera que pudo haber tenido si no hubiera sido por el accidente. El precio alto que pagó por querer mejorar como piloto.