Para diseño, los suecos
Tal pareciera que el mismo estilo que los suecos imprimen en sus muebles y cocinas, lo hacen también con sus autos. Y para muestra la nueva generación de la Volvo XC90, una SUV premium de siete asientos que llega en su segunda generación después de casi 13 años que duró con vida la primera, algo inverosímil pues en ese mismo número de años lo normal es que un auto pase por dos o incluso tres generaciones. Este caso es distinto, pues la marca enfrentó una crisis de la que fue rescatada por el gigante chino Geely, quienes han invertido para revivir a la marca, pero no han asomado las narices a la hora de sentarse en las mesas de diseño ni durante el desarrollo de tecnología, algo que se nota: la XC90 sigue siendo un auto sueco hasta la médula.
En gustos se rompen géneros, eso es cierto, pero lo que es innegable es que la XC90 resulta elegante y bien proporcionada a primera vista. Lejos de recargar su figura con líneas rebuscadas como hacen otros –los japoneses, por ejemplo-, los escandinavos recurren a trazos suaves, limpios, sin sobresaltos. Lo más distintivo es el frente, enmarcado por esos enormes faros rectangulares que también lleva el novísimo sedan insignia, el S90. Es el nuevo lenguaje de diseño que ya se comienza a ver desde los modelos en entrada, como el V40.
Por dentro es una sala de esas que se encuentran exhibidas en IKEA, de impecables acabados y una simpleza que de pronto raya en una falsa austeridad. Aquellos acostumbrados a los clásicos controles de perillas y botones pudieran llegar a sentirse algo incómodos y hasta frustrados porque ya todo es digital, todo es “touch screen”, todo es multimedia; ahora bien, aquellos millennials (que casi por default son geeks) encontrarán en la XC90 el coche de sus sueños, con una de las interfaces y un sistema de infotenimiento de lo más avanzado y completo que hay en el mercado, a la que se suma una serie de asistencias a la conducción que casi hacen de esta SUV un vehículo autónomo (el S90 ya ido ese pasito extra). Los más veteranos echamos de menos algunos mandos más convencionales, pero se nos olvidó tan pronto pusimos a prueba el sistema de audio opcional, firmado por Bowers & Wilkins; sencillamente es-pec-ta-cu-lar.
Por cierto, en equipamiento podríamos hacer un artículo especial. Esta camioneta, especialmente la versión Inscription con opcionales incluidos que tuvimos a prueba tenía todo lo imaginable. Pantalla táctil de 12.3”, cámaras 360º, cielo en Nubuck, insertos en madera Walnut, volante con calefacción, rines de 22”, faros de LED con alumbrado en curva, Head-up display, llave con control remoto forrada en piel (sí, leyó bien: llave forrada en piel y en combinación con el color que se elija para los asientos) sistemas de seguridad Pilot Assist e Intellisafe Surround, sistemas de alerta y mitigación de colisiones, chasís activo Four-C, sistema de estacionamiento semi-autónomo con sensores adelante y detrás, entre otros.
Los asientos (forrados en piel Nappa y con masaje) son perfectamente coherentes con el resto del auto. Son grandes, con una ergonomía perfecta y nos dejan hacer viajes de horas y horas sin provocar ningún tipo de cansancio. Hay espacio para siete pasajeros, aunque la verdad es que cinco van mucho más cómodos. Por su parte, el motor encargado de ponerla en movimiento es un cuatro cilindros de apenas 2.0 litros, pero asistido por un supercargador y un turbo. El primero ayuda a que el motor responda con contundencia en la parte baja del cuenta vueltas, mientras que el segundo entra en acción plena superadas las 3,000 rpm. El resultado son 320 HP y 295 lb/pie de par motor que llegan al piso vía una transmisión automática de 8 velocidades, que permite una aceleración lineal, sin vacíos ni “jalones” gracias a las turbinas. No es que despegue con la contundencia de una Grand Cherokee SRT, pero sin duda deja sorprendidos a la mayoría, especialmente cuando entiendes que el motor es tan pequeño. Una oda a la eficiencia.
En marcha todo es silencio y comodidad, gracias a una cabina que no sólo está muy bien insonorizada, sino que además se nota sólida. No hay ruidos parásitos de esos que aparecen al circular en un empedrado, por ejemplo, lo que habla de la buena calidad de fabricación. En movimiento, es verdad que no se pueden esconder sus 2 toneladas de peso, pero la puesta a punto del chasis y sus componentes permiten disimularlo muy bien. Es capaz de enfrentar una carretera de montaña con una confianza tal que puede llegar a provocar cierto nerviosismo (por irónico que parezca), pues sus límites son muy elevados, y cuando nos comenzamos a acercar a ellos, la electrónica se encarga de poner las cosas en su lugar. Muchos sedanes de menor peso y tamaño quisieran tener el aplomo que tiene este mamut escandinavo.
No podemos decir que sea la mejor de su segmento, ya que esos puestos generalmente los ocupan sus rivales alemanes, léase Porsche Cayenne, BMW X5 o Mercedes-Benz GLE, pero vaya que tiene con qué darles pelea, y en algunos apartados (como los interiores y la carga tecnológica) puede poner en vergüenza a más de una. Una de las mejores SUVs premium del mundo, sin lugar a dudas, lo que explica a cantidad inverosímil de galardones que ha recibido desde que llegó al mercado. Todos bien merecidos.
VOLVO XC90 | |
Una SUV sorprendente, con una combinación única entre estilo, refinamiento, manejo y seguridad.
Lo bueno. Acabados interiores, posibilidades de personalización, amplitud de gama, nivel de seguridad, desempeño dinámico No tanto Costosa, tan bien acabada que no quieres ni que se ensucie. Frenos se fatigan con relativa prontitud. Precios XC90 T6 Inscription AWD 7Seater: $1,259,900 pesos |
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Motor | L4, 1,969 cc, turbo y supercargador, gasolina |
Potencia | 320 caballos a 5,300 rpm |
Torque | 295 lb/pie entre 2,200 y 5,400 rpm |
Caja de cambios | 8 velocidades, automática |
Peso | 2,125 kg |
0 a 100 kph | 6.5 segundos |
Vel. Tope | 230 kph |
Economía | 12.5 kpl (combinado) |