La Scuderia Toro Rosso nunca ha pretendido ser más que el equipo secundario de la firma de bebidas energéticas, pero su objetivo es probar a los pilotos emanados de la escalera larga de fórmulas menores que la firma patrocina. En eso han sido muy exitosos, puliendo a Sebastian Vettel y Daniel Ricciardo, entre otros. Pero en 2015 enfrentan la campaña con algo desconocido, un par de novatos sin experiencia en F1 y con menos de 38 años… entre ambos. Los dos pilotos son hijos de pilotos buenos, Max Verstappen, de Jos, ex F1 con Benetton, Arrows y otros; y Carlos Sainz II, de Carlos I, bicampeón mundial de rallies. Pero el talento no es necesariamente genérico, hay que nutrirlo y los dos pilotos llegan sin experiencia a la F1 en una era de ensayos limitados, por lo que la apuesta para el equipo es muy arriesgada.

74-2

Claro, los autos son más fáciles de manejar y hay telemetría para
 dejar sin dormir a 200 ingenieros analizándola en la base, pero la retroalimentación de un F1 –especialmente de uno tan complicado como el actual de seis partes con unidades de recuperación de energía, no un mero motor turbocargado–, es básica y esa sólo el piloto puede darla para no mandar al equipo en una cacería sin sentido de problemas figurados. Y esa retroalimentación la da la experiencia del kilometraje, el cual no es el fuerte de estos pilotos.

El auto no tiene problemas, es eficiente, tienen cooperación con su hermano mayor y comparten las ideas salidas del genio de Newey, además de lo que aportan los propios italianos. En las pruebas en Jerez el STR-10 fue, incluso más confiable y veloz que el propio Red Bull, aunque seguramente es un auto más fácil de entender, menos ambicioso y potencialmente más lento por ello, como lo ha sido tradicionalmente en la comparación con su hermano inglés. También comparten motor Renault, pero curiosamente, los problemas en ese apartado generalmente se dan en RBR no en STR.

“ESTOY BASTANTE COMPLACIDO YA QUE PARECE QUE EL TRABAJO QUE REALIZAMOS EN EL INVIERNO HA FUNCIONADO”
 74-3CARLOS SAINZ II

ESTOY CONVENCIDO QUE SERÁ EL MEJOR AUTO QUE HAYAMOS CONSTRUIDO JAMÁS EN TORO ROSSO” FRANZ TOST

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Si la apuesta por la juventud fructifica, Toro Rosso puede pelear el quinto sitio, pero si no funciona, podría dejarlos al fondo de la tabla.