La nota triste del fin de semana la ofreció Pietro Fittipaldi, quien estará ocho semanas fuera de acción tras su accidente en el Campeonato Mundial de Resistencia.
El brasileño había sorprendido en su debut en la categoría, ya que se ubicó en tercer lugar en los primeros entrenamientos de la clase LMP1, y primero entre los equipos privados, con el BR Engineering-Gibson de DragonSpeed; sin embargo, un problema en su prototipo derivó un aparatoso accidente en la curva Radillion, le provocó una fractura compleja en su pierna izquierda y una en su tobillo derecho.
«El auto apagó todo el sistema hidráulico del volante y se endureció, así que no pude virar», explicó en un comunicado difundido en medios brasileños durante este martes.
«Estaba a más de 250 km/h e intenté frenar, pero desafortunadamente no fue posible ir más despacio y el auto se fue derecho hacia la pared».
Fittipaldi fue intervenido exitosamente la noche del viernes en un hospital de Lieja; el sábado, salió del área de Cuidados Intensivos, pero al revelarse públicamente su condición, se hizo oficial su ausencia en tres de sus compromisos agendados en la IndyCar, incluyendo las «500 Millas de Indianapolis», en las que participaría por primera vez, 25 años después de la segunda victoria que consiguió su abuelo Emerson en dicho evento.
Ahora, el piloto de Escudería Telmex Telcel comenzará su rehabilitación tan pronto como este viernes en Indianapolis con los doctores Steve Olvey y Terry Trammell quienes, recordó, atendieron a compatriotas como Nelson Piquet, cuando se fracturó tras un accidente en Indy en 1992, y su abuelo, cuando se rompió una vértebra y colapsó un pulmón en Michigan, en 1996, junto con cientos de pilotos.
«Los doctores en Estados Unidos han visto las fotos de mi cirugía y los Rayos-X, así que piensan que mi recuperación será más rápido que lo que habíamos predicho antes», dijo.
«Mi meta es manejar un auto en ocho semanas (en el Super Fórmula de Japón) y, si es posible, competir en Mid-Ohio».