Danilo Petrucci recordará su estreno en el Rally Dakar por todas las razones posibles: las buenas, las malas y las anecdóticas.
El italiano no tiene posibilidad de luchar por las primeras posiciones en la clasificación general en la categoría de Motos, ya que un problema eléctrico en su máquina KTM, preparada por Tech3, durante la segunda etapa del evento, el lunes pasado, lo obligó a retirarse.
Tras utilizar su «comodín» para volver a la acción, Petrucci no escatimó y, después de colocarse 22º en la jornada de martes, fue competitivo en la cuarta especial, en la que de no ser por una penalización por exceder velocidad en una zona designada, pudo acabar en tercera posición.
Así fue como Petrucci llegó al jueves, donde después de escalar posiciones en cada punto de control y con las adversidades del camino – como un grupo de camellos – se convirtió en el primer ex participante de MotoGP en agenciarse un triunfo de etapa en el rally más exigente del mundo.
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«¡No puedo dejar de llorar!», escribió en Twitter.
«Hoy ha sido un día bastante largo. Salí esta mañana y decidí que tenía muchas ganas de aprender y mejorar mi navegación, así que no presioné demasiado al principio. Después de una curva había una gran duna con un grupo de camellos al otro lado», mencionó Petrucci posteriormente.
«Un camello grande entró en la pista y tuve que evitarlo, pero terminé chocando después de atravesar muchos baches y pasto de camellos. Ese fue mi primer accidente de este Dakar».
«Después de eso, me relajé un poco y (su coequipero) Kevin (Benavides) me alcanzó y rodamos juntos hacia la meta».
Sin estar al 100% en su condición física, ya que sufrió una lesión de tobillo hace un par de semanas en una sesión de entrenamiento, Petrucci ha tenido que ir contra la corriente. Su debut estaba en riesgo hace poco más de una semana tras dar positivo a una prueba de COVID-19; para su fortuna, fue un falso negativo.
Además, parte de su abandono del lunes se debió a que tuvo que pedir la asistencia de la organización porque perdió su celular, pasaporte y documentos personales, por lo que no podía llamar a su grupo de mecánicos que se situaba en el vivac.
El incidente con los camellos sólo añadió a la montaña cuesta arriba que ha significado su primera aparición en el Dakar, pero hasta ahora valió la pena.
«Después de alcanzar a algunos centauros más, nos encontramos con un punto de referencia que no valía para todos: perdí algo de tiempo ahí», describió.
«Los últimos 60 kilómetros fueron todo dunas, así que tuve mucho cuidado para asegurarme de no lastimarme el tobillo. Entonces, ha sido un día interesante y difícil, pero realmente lo disfruté».