Cuando Renault me dijo al final de A que Aya no me tendrían en su programa de desarrollo de Fórmula Uno, la F1 se terminó para mí.

Había pasado 10 años en Europa gracias a mis buenos resultados al principio, porque siempre tuve alguien que me apoyara, pero no tenía opción: tenía que regresar a Argentina. Estaba frustrado y con presión por hacerlo bien, había dejado de disfrutar lo que hacía.

Así que volví a casa y dejé de correr por unos meses. Un amigo mío, quien dirigía un equipo de turismos Súper TC2000, me dijo que yo necesitaba correr y entre los dos lo organizamos –empecé a competir allá y ganar, pero lo más importante fue que empecé a disfrutar las carreras otra vez–, me di cuenta que había vida después de la F1. Eso me abrió la mente.

Estaba feliz en Argentina [donde ganó títulos en casi todas las categorías grandes como TC2000, Top Race V6 y Turismo Carretera], pero siempre sentí que algo me faltaba. Toda mi carrera la había hecho en Europa, así que cuando estaba en Argentina, era diferente. Si había un programa u oportunidad pequeña, siempre intentaba conseguirlo. Siempre intentaba aprovecharla. La primera oportunidad fue con el Club Automovilístico Argentino que me dio cuatro carreras en FIA GT en 2008. Luego, en 2010, el Mundial GT1 de la FIA fue a correr en Potrero de los Funes e hice una carrera ahí con Aston Martin.

También se abrió la ventana en F1 con el proyecto USF1, que no se concretó en 2010. Posteriormente vino la oportunidad en el WTCC en 2013, dos carreras en Argentina en un BMW independiente, y salió bien [López ganó la segunda carrera desde la PP]. Citroën buscaba un piloto para 2014, hice unas pruebas y se abrió la puerta para regresar a Europa. Se trató de no darme por vencido y siempre intentar.

Realmente quería regresar y estar en el nivel más alto del deporte motor. Aunque fue difícil conseguirlo, todo salió bien, regresé a Europa.
Cuando supe que Citroën llegaría y que Sebastien Loeb estaba involucrado, para mí fue un momento “Wow”. Soy un fanático grande de los rallies, porque soy de Córdoba, donde se corre el rally argentino. Para mí, ser parte de un equipo como Citroën, siempre lo veía como fanático, era grande. El objetivo el primer año era ser lo suficientemente bueno para conseguir un segundo año y quedarme para bien. Me fue mejor de lo que nadie esperaba, incluso yo. Tuve tres años increíbles. Fue una sorpresa cómo me recibió el equipo –me trataron como si fuera uno de ellos desde el principio–; .uno tal vez pensaría que si llegas a un equipo grande como éste, con Yvan Muller y Loeb, 100% francés, entonces estás en tercer lugar, pero nunca fue así. Era una familia grande.

Me sentía muy cómodo en el WTCC y pude haber seguido ahí y tratado de ganar más campeonatos. Pero no era suficiente para mí; sentía que algo me faltaba. Correr Le Mans y un auto LMP1 era algo que podría llenar el hueco dejado por la F1, como un sueño nuevo, pero como era piloto de turismos era más difícil.

Luego, cuando Citroën salió del WTCC, vino la ocasión. Tuve una prueba con Toyota y me escogieron. Muchas personas me preguntaron: ‘¿Por qué haces esto? Estás cómodo, eres profesional, estás en la cima’ Pero no estoy en el deporte motor por el dinero. Sí, esto me da para vivir, pero quiero correr autos diferentes, conseguir cosas diferentes, fijar metas nuevas y pelear con pilotos en un nivel más alto.

Estoy muy emocionado por manejar el auto LMP1 otra vez, ¡porque desafortunadamente he corrido muy pocas vueltas! No voy a poner excusas. En términos de velocidad para ganar carreras estoy bien, soy competitivo, tengo la velocidad para ganar carreras, pero no puedo obviar que me falta experiencia. Manejo rápido, pero los tipos que están conmigo han estado en la serie por muchos años.

No estoy desesperado, sé cómo funcionan las carreras. A veces tienes tiempos buenos y tiempos malos. He tenido muchos tiempos malos en mi carrera, así que disfruto mucho lo que hago. [López, por su poca experiencia, fue pasado al tercer auto de Toyota en Le Mans y cumplió bien, aunque el auto abandonó la carrera].

Por el momento es difícil para mí. Trabajo por tener el mismo nivel en FE y LMP1, pero lucho con los mejores pilotos en el mundo. Ya estoy en un punto en el que no busco nada más. Volví a ser un poco desconocido en Europa, todos me habían perdido la pista. Gracias a Citroën regresé y volví a donde estaba en 2005 ó 2006 –después de eso llegaron muchas oportunidades–. Las cosas que tengo hoy en día son gracias a eso.