Arranca la segunda etapa de Sébastien Ogier con Citroën Racing y no podía haber un evento mejor que el Rally de MonteCarlo para que esto ocurriera.
El francés defenderá la corona del WRC que nadie le ha podido quitar desde 2013, ahora con la fábrica que le dio su primera oportunidad en la clase más importante de la especialidad; después de sumar más de 2 mil kilómetros diarios en tres días de entrenamientos en los Alpes franceses, el hexacampeón de la serie y su copiloto Julien Ingrassia se reportan listos para el inicio del Mundial 2019.
«Tuve una variedad amplia de condiciones durante mis tres días y medio de pruebas, los cuales fueron buenos y nos permitieron trabajar en alcanzar el mejor compromiso posible», describió. «La sensación fue buena, pero siempre es difícil estimar tu nivel de rendimiento para la primera carrera en un auto nuevo».
«Voy a hacer lo que siempre he hecho y confiar en mi sentimiento. Esto es especialmente cierto porque Monte es un rally en el que es más probable que ganes manejando inteligentemente, en lugar de ir en el límite, debido a los muchos lugares que hay en los que puedes quedar atrapado. En cualquier caso, siempre lo he hecho bien aquí y espero que mi experiencia me ayude de nuevo».
El seis veces ganador del evento (cinco en el WRC y una en el IRC), junto con su coequipero nuevo Esapekka Lappi, tendrá su primera experiencia de competencia con el modelo C3, que pese a ser consistente en momentos, ha atravesado cambios técnicos considerables en el último año, desde el diseño en la suspensión hasta los amortiguadores, razón por la que el equipo experimentó en condiciones de superficie distintas para identificar debilidades en cuanto a su manejo.
En lo deportivo, será la primera competencia en la que enfrentará a Sébastien Loeb, con quien vivió una relación tensa dentro de Citroën entre 2009 y 2011 y que ahora correrá un calendario parcial con Hyundai, en lo que se considera un episodio más en la rivalidad entre los pilotos más exitosos de la historia del WRC.
«En ese tiempo éramos los niños jóvenes tratando de aprender, y ahora el equipo está contando con nosotros para ayudarlos a ir hacia adelante», destacó Ogier. «Es bueno tener a Loeb de regreso, tuvimos batallas grandiosas. Ambos estamos cambiando de ambiente y eso ha creado emoción real en el parque de servicio, todos quieren ver lo que pasará».
Citroën busca su séptimo triunfo en MonteCarlo y primero desde 2013.