La Qashqai tiene al DIG-T de 1.2 litros como único motor de gasolina al lanzamiento. Es ligeramente más potente y tiene significativamente más torque que el modelo de motor de gasolina de 1.6 litros al que reemplaza, y también tiene economía y emisiones mejoradas. No es sorpresa que se prediga sea la máxima vendedora.
Tiene un desempeño decente en la arrancada y se siente ágil en la ciudad pero el tren motriz impresiona más en estabilidad crucero en carretera, cuando el motor se relaja notablemente. Produce poco ruido de viento y ambiental y da un paseo más tranquilo que muchos modelos de la clase superior.
Las pausas relativas del torque son perceptibles al rebasar. El motor no es malo, pero se requiere compromiso y planeación para tener un progreso real, aunque sean pocos los compradores que presionarán en ese renglón.
La Qashqai tiene amortiguadores astutos de doble pistón. Ofrecen un control de primera sobre la carrocería y son lo suficientemente dóciles para erradicar las imperfecciones de baja y alta frecuencia. Y se siente bien plantada en las curvas. Su paquete de Control de Chasis estándar incluye el Active Trace Control, que frena la rueda interna, y el Active Ride Control, que frena las ruedas para optimizar el ángulo.
La nueva Qashqai es excelente en todas las áreas que le importan a la mayoría de los conductores, y su motor de 1.2 es tan refinado como barato. Para los conductores urbanos, podría representar el punto fuerte del rango. Es sólida en la ciudad, y a velocidad de crucero en carretera, pero aquellos que quieren potencia en caminos demandantes o encuentran regularmente pendientes pronunciadas, podrían preferir uno modelo diésel.