Reglas de emisiones más estrictas podrían acabar su dominio en Europa
El dominio de los motores de diésel en el mercado de autos nuevos en Europa podría terminar antes del fin de la década, según los principales ingenieros automotrices. La combinación de reglas de emisiones cada vez más estrictas y el alto costo de tecnología anticontaminante de nueva generación haría a los motores de diésel mucho más caros. Esto, dicen los expertos, coincidirá con mejoras en la economía de los motores de gasolina y la gran posibilidad de aumentos significativos en el precio del diésel.
Joe Bakaj, director de desarrollo de producto para Ford Europa, dijo que le preocupan los costos de cumplir las reglas de contaminación así como la posibilidad de reducción de capacidad de refinar gasolina en Europa, pues el diésel es un producto derivado del proceso. También cuestionó la longevidad de las ventajas tributarias de comprar diésel en algunos países de la UE: “Europa exporta mucho petróleo a Estados Unidos, pero si se cae la demanda, mucha de la capacidad de refinación se saldría del sistema, elevando los precios del diésel. También está el costo de los sistemas de tratamiento para la próxima EU6.1 y EU6.2. Esta última tiene límites más onerosos en las emisiones de NOx y partículas. Es mucho más barato obtener motores de gasolina a través de EU6.2; con los motores de diésel necesitamos tecnología como los sistemas selectivos de reducción de catalizador, y los costos se incrementan otra vez con los vehículos más pesados”. También dijo que la tecnología de motores de gasolina (“que está dos o tres años detrás del diésel”) podría estrechar la brecha con el diésel por costo medido en kpl.
Klaus Schmidt, director de ingeniería vehicular de la nueva marca china Qoros (antes director de desarrollo de chasises en la división M de BMW), piensa que los motore diésel declinarán marcadamente en importancia al final de la década, citando como causa las reglas de contaminación cada vez más estrictas. Más o menos el 55% de los autos nuevos vendidos en la Unión Europea son diésel –van de 50% en GB a 70% en España y Francia– y Europa es, por mucho, el principal consumidor de autos movidos por diésel. En 2010, Japón, México y Estados Unidos tenían una porción pequeña, de un dígito, de autos diésel.