NASCAR planea revisar su enfoque liberal de dejar que los pilotos arreglen sus diferencias en pista luego de advertir que las cosas habían empezado a salirse de control la temporada pasada.

La serie introdujo su política de “los chicos se arreglan solos” en 2010 en un esfuerzo por dejar a los pilotos autodisciplinarse y permitir cierto grado de venganza si un piloto cree que otro lo sacó de la pista intencionalmente.

Pero luego de una serie de incidentes al final de 2011, los oficiales de NASCAR aceptaron que la regla puede acotarse. El vicepresidente de competencia de NASCAR, Robin Pemberton, apuntó que el choque de Kyle Busch con Ron Hornaday en la carrera de camionetas en Texas, donde Busch atrajo críticas no solo por golpear a Hornaday en una bandera amarilla, sino por hacerlo de tal manera que Hornaday chocó de frente contra el muro, en un ejemplo de cuando las cosas van demasiado lejos.

“Hubo momentos en que se salió de las manos, y vamos a discutir lo que ‘salirse de las manos’ es realmente”, dijo Pemberton. “Es el tipo de represalia que quieres vigilar. (El incidente Hornaday) ocurrió bajo bandera amarilla, eso es una cosa. Las represalias en bandera verde son otra cosa. Cada caso es lo suficientemente diferente como para sentarnos y dedicarle nuestra atención”.

Aunque la regla puede endurecerse antes de la temporada, Pemberton está convencido de que la mayoría de los pilotos actúa responsablemente.

“Tienes esas cosas espontáneas que suceden”, agregó. “Es lo que sucede dentro de la cabina cuando un piloto se enfurece y pierde el control y, honestamente, sucede muy pocas veces.

“Funciona muy bien, de pronto alguien rebasa un límite, y todos entienden el mensaje, y todo regresa a funcionar muy bien. Pero no podemos darlo por hecho”.