Igual que en la F1 quieren evitar que Sebastian Vettel siga ganando, en NASCAR quieren evitar que Jimmie Johnson aumente su récord de seis copas en 10 años y evalúan cambios para 2014, tanto en lo técnico como en las puntuaciones.
El 11 de diciembre pasado en el óvalo de Charlotte probaron 30 autos de la serie premier de NASCAR, los Generación 6 (G6) como son conocidos, y la serie ajustó su paquete de reglas para la temporada 2014 basado en los resultados de la prueba, aunque exentó, como de costumbre, las carreras de restrictor en los superóvalos (Daytona y Talladega), de algunas de esas reglas, pues los restrictores cambian todo porque impiden que los autos desarrollen su máxima potencia y por ello necesitan reglas especiales para esas rondas. Realmente veremos su debut en la carrera de Phoenix el 2 de marzo.
Hace dos años se introdujo la inyección electrónica de combustible (¡sí, hasta 2011 usaban carburadores!) y el año pasado vino el G6, que es un auto muy distinto, por lo que para 2014 los cambios han sido más tranquilos, más evolución que las revoluciones de los dos últimos inviernos. Pero aún en la evolución, hay que recordar que los equipos más grandes, con mayor presupuesto y más autos son los que pueden aguantar mejor y la brecha entre grandes y chicos se alarga, no necesariamente se acorta.
Los cambios más aparentes para 2014 son: el separador (splitter) delantero tiene un borde más cuadrado; se han hecho algunas modificaciones en los faldones laterales, los que cierran el paso del aire y deben tener una altura mínima de 10 centímetros; la cola del auto fue recortada 3.5 cm en su cara, además del alerón trasero de ‘cola de pato’ que medirá 20 centímetros; y un depósito de 1.09 x 0.33 metros para el radiador. Pero el cambio más importante es que la altura del auto sobre el asfalto ahora se ajustará estáticamente, y no habrá inspecciones ni previas ni posteriores de esa altura, las cuales habían producido muchas descalificaciones históricamente. Para ello se estandarizaron mucho los paquetes de resortes y amortiguadores y ahí sí habrá una vigilancia extrema.
«Esta es realmente la primera etapa en un viaje de proceso de mejora continua” Gene Stefanyshyn, vicepresidente de NASCAR para innovación y desarrollo de competencia
La esencia de todo el cambio es buscar que haya más rebases en la carrera y que los autos corran lado a lado durante más tiempo sin que alguien se escape solitario al frente. Eso se puede leer con dedicatoria a Jimmie, pero hay que recordar también que emparejar a los demás con Jimmie no significa que lo vayan a rebasar. Una cosa es alcanzar y otra pasar. Además, el hexacampeón ha sido probablemente el piloto que mejor se adapta a los cambios y siempre está listo para reaccionar a ellos con su equipo técnico jefaturado por Chad Knaus.
En cuanto al aspecto competencia, la idea es ampliar la Caza por la Copa, que abarca las 10 carreras finales tras clasificar a los 12 mejores en puntos las 26 fechas iniciales. Ahora se buscará que califiquen 16 (que es el promedio de ganadores por temporada), pero se evalúa que una victoria otorgue muchos puntos para que realmente lleguen los ganadores y no los constantes. Y en la caza, habría eliminado en la tercera carrera, en la sexta y en la novena, se espera que sean cuatro pilotos cada vez, para dejar cuatro contendientes que peleen el título en la carrera final y el ganador de ésta sea el que se lo lleve. Esto daría muchas oportunidades de eliminar al puntero si falla en cualquiera de los tres cortes, pero la historia muestra de que JJ gana de inicio, toma la punta y su constancia no permite que lo alcancen. Y este cambio lo obligaría a ganar también la carrera final, lo cual no ha necesitado hacer en muchas ocasiones por la ventaja con que llega a ella.
Pero todo este cambio en la Caza no está firmado y NASCAR podría cambiarlo incluso hasta en la semana previa a la calificación en Daytona, pues antes lo ha hecho. Los cambios son para mejorar el espectáculo, para adecuar los autos pero, sobre todo, para evitar la hegemonía de un piloto que ha reclamado como suyo el siglo XXI de NASCAR: Jimmie Johnson.