Con motivo del 50º aniversario luctuoso de Pedro Rodríguez, CARLOS JALIFE, Biógrafo Oficial de los Hermanos Rodríguez, enlista los mejores triunfos del legendario piloto mexicano en su trayectoria.
9 – «3 Horas de Daytona» – Ferrari 250 GTO – 17 de febrero de 1963
Tras la muerte de su hermano Ricardo en noviembre de 1962, Pedro había anunciado su retiro, pero fue más por satisfacer a su madre que algo propio y tras recibir el consejo de Juan Manuel Fangio, en enero decidió regresar a las pistas y se contactó con Luigi Chinetti, el patrón del North American Racing Team (NART) a fin de correr en Daytona, a la vez que pedía a su padre, don Pedro, que le hiciera ver a su madre, doña Conchita, que las pistas eran su mundo y no iba a dejarlas pese al accidente de Ricardo.
Las 3 Horas de Daytona estaban programadas para el 17 de febrero y Pedro se preparó mentalmente para ella. Algunos periodistas se enteraron de su inscripción y rápidamente informaron al mundo que regresaba a las carreras en Daytona con un Ferrari 250 GTO propiedad de Miss Mamie Spears Reynolds, aunque preparado por el NART.
Mamie era también pilota además de ser una acaudalada heredera estadounidense, amiga de Pedro y pronta a casarse con el hijo de Chinetti, Luigi Jr.
Pedro viajó con su esposa Angelina, sus padres y su hermanito Alejandro a Florida el 13 de febrero. Aunque la carrera de Daytona no contaba para el Mundial de Marcas, las reglas aplicadas eran las de la FIA. A Daytona no va el equipo oficial de Ferrari, pero Pedro encuentra a muchos de sus amigos pilotos, quienes le dan el pésame por lo de Ricardo y le comentan las nuevas en Maranello.
Con la prensa e habla inglesa, Chinetti declara que Pedro no va a correr en la Indy 500, contrario a la información existente, pero Pedro se entera, y contra la opinión de Luigi, quien aborrecía Indy, confirma que está inscrito con BMC en Indianápolis y anuncia un plan muy ambicioso para Sebring, la Targa Florio y Nürburgring antes de Le Mans.
Pedro calificó en el sitio 13, pero tras unos arreglos el GTO fue más rápido a la hora de la carrera. Los que más le preocupaban eran los Cobra de Gurney y Hudson, aunque también hay otros GTOs, como el del equipo de Mecom para Roger Penske, el del Rosebud manejado por Innes Ireland y hasta el del estrella de NASCAR ‘Fireball’ Roberts, quien corre para el NART como coequipero de Pedro y hacen buena amistad, incluso las familias.
Para completar la carrera se necesita una parada de recarga de combustible pasada media distancia y Pedro adopta la táctica de poner tierra de por medio al inicio para cuando llegue la hora de entrar a fosos con ventaja amplia.
Tras la salida, Pedro carga hacia el frente y pronto está en la punta mientras otros conservan sus autos para no tener que detenerse dos veces. El mexicano gira constante con el GTO rojo marcado con el número 18 y nadie puede con su ritmo, y alarga su consumo para detenerse hacia el final de la segunda hora.
En los fosos no se baja del GTO como indican los reglamentos. Regresa a la pista en la punta y termina la carrera cubriendo 81 vueltas en un tiempo de 3 horas y 38 segundos. En segundo sitio a 72 segundos queda Penske, batido sin excusa.
El equipo Mecom, para el cual Pedro había corrido en 1962, protesta a Pedro por no salir del carro durante la recarga, aunque abrió la puerta, pero se especula que el frío inusual en Florida lo hizo decidir descansar en el interior de Ferrari mientras se efectuaba la recarga.
Los comisarios deliberan acerca de la gravedad de la infracción, que no le da ventaja alguna al NART, y deciden que amerita una pena de tiempo, por lo que le descuentan un minuto, lo que hace que oficialmente Pedro gane de todos modos, aunque por meros 12 segundos. Aparte del absoluto, también vence en su clase GT y le da el triunfo a Ferrari en la división III del campeonato mundial de marcas.
Al terminar fue premiado por la Miss Universo argentina, Norma Nolan, y tras recibir besos, trofeo y su parte de los 11,000 dólares de premio, declaró: “No tuve problemas en la pista. Se puede correr a 160 millas o más con el terreno en buenas condiciones. Los Ferrari están hechos para esta clase de pistas debido a su velocidad”.
Al regreso de Daytona, con el trofeo de la victoria en las manos, Pedro aceptó que era, “merecedor de la sanción que me impusieron al final, ya que permanecí dentro del coche mientras el mecánico revisaba el combustible. Pero, a pesar de eso, terminé con un buen margen sobre Penske, que en ningún momento dejó de seguirme durante la competencia”.
Sobre su futuro Pedro dice en México: “Seguir corriendo. Como fue Ricardo pude haber sido yo. Son gajes del oficio. Si hubiera tardado en reaparecer, el mismo suceso, la impresión familiar y todo eso me hubiera acabado moralmente… Nunca pensé en retirarme por su muerte. No corro en memoria de Ricardo. Corro porque soy yo, porque quiero hacerlo”.
México tenía otra vez un campeón en las pistas del mundo.